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RESPUESTA:

Raifi, quiero empezar diciéndote que la muerte de las hermanas Mirabal fue un acontecimiento muy lamentable, algo realmente repudiable. Este es uno de los capítulos que más nos ha molestado porque siempre hemos sabido que mi abuelo nada tuvo que ver con esas muertes. Le diría que hay que entender algo fundamental para poder asimilar bien toda la información que ha salido recientemente, ya que durante los últimos 49 años después de la muerte de mi abuelo, han difundido masivamente la desinformación de que mi abuelo fue el autor intelectual y material de este acontecimiento tan lúgubre. Sin embargo, hay que analizar las cosas fríamente, para darle la oportunidad a que la verdad se conozca.

Para empezar, debemos ver quienes eran las hermanas Mirabal. Las hermanas Minerva, Patricia y Maria Teresa eran tres jóvenes que, juntos con sus esposos, Manolo Tavares Justo, Leandro Guzman y Pedro Gonzalez, eran integrantes del Movimiento 14 de Junio y opositores al régimen de mi abuelo. Minerva  descubrió  el comunismo luego de su estrecha amistad con Pericles Franco quien había ido a estudiar a Chile en 1947 y, alumno adelantado,  regreso después hecho todo un ideólogo comunista. Minerva, mas tarde, inició  su relación con Manolo Tavares Justo, líder principal del movimiento. Sin embargo, mi abuelo nunca considero esas muchachas como una amenaza seria para él ni para su gobierno. Prueba de esto es el hecho de que ellas asistían a las fiestas que daba mi abuelo en San Cristóbal.   Entonces, siendo este el caso, cuál sería el propósito político de eliminar físicamente a las hermanas Mirabal? ¿Qué beneficio le aportaba al gobierno de mi abuelo este crimen tan horrendo? ¡Está claro que ninguno!

Por otro lado, si la intención de mi abuelo hubiese sido la de erradicar o hacerle un daño irreparable al movimiento, entonces el plan más idóneo para cumplir este cometido hubiese sido eliminar a  los esposos que estaban en la cárcel cumpliendo condena. Sin embargo, en todo momento se preservó la vida de los tres. Incluso, no fue hasta después de muerte del Jefe y la salida de la familia Trujillo, que Manolo Tavares,  hecho prisionero,  fue fusilado por órdenes del triunviro Read Cabral.

Lo importante de este como en todo tipo de investigación, es llegar al motivo detrás del parricidio. Realmente quien o quienes saldrían favorecidos de este hecho que consternó a la República Dominicana y repercutió por todo el mundo. Debemos recordar, que en Junio del 1960 (es decir cinco meses antes de este suceso), se había producido el atentado en contra del Presidente Betancourt de Venezuela, por lo que el sentimiento de la comunidad internacional se había tornado en contra del gobierno de Trujillo, y en Septiembre de ese mismo año le impusieron unas sanciones altamente perniciosas al país. En esas circunstancias el Generalísimo Trujillo estaba más bien interesado en reparar su imagen pública, por consiguiente, un suceso de esta naturaleza le haría un daño irreparable a su gobierno.

Sin embargo, si estudiamos de cerca el cometido de los complotistas y analizamos todos sus esfuerzos antes de la noche del 30 de Mayo del 1961, incluyendo las negociaciones con el gobierno de los Estados Unidos que organizó este plan para derrocar a mi abuelo, creo podremos encontrar la respuesta a esta como muchas preguntas más que han quedado en el aire.

En un artículo que escribiera el destacado historiador norteamericano Norman Gall en 1963, narra que el gobierno americano empieza a mandar armas después de una serie de negociaciones entre Henry Dearborn (Cónsul General en la República Dominicana) y John Barfield (Jefe de Oficiales Políticos de los Americanos) con el Sr. Luis Amiama Tió y el Sr. Antonio Imbert Barrera.  También afirma que para finales del 1960, Luis Amiama Tió tenía contacto directo con la CIA por medio de un agente local, el Sr. Plato Cox. Es decir que el Sr. Luis Amiama Tió era el enlace entre la CIA y los complotistas en la República Dominicana. Existen numerosos libros que hablan de esta relación entre el Sr. Luis Amiama Tió y la CIA detalladamente, como los son “Trujillo: el ultimo cesar” de Arturo Espaillat y el recientemente publicado “Malfini” de Sr. Jose Miguel Soto Jiménez.

El libro de mi madre (Trujillo mi Padre,…en mis memorias) hace referencia a una comunicación muy importante extraída de la publicación del Congreso Americano sobre las actividades criminales de la CIA contra Jefes de Estados extranjeros, en la que narra la acción de Henry Dearborn al solicitar la confirmación de la CIA sobre los acuerdos con los disidentes para apoyar una oposición que lograra el derrocamiento del Jefe. En este comunicado él afirma que el gobierno de los Estados Unidos no emprendería ninguna acción abiertamente contra el gobierno, mientras el Jefe tuviese control absoluto de la isla. La importancia de esta sola frase es vital, ya que es un llamado al grupo de disidentes a tomar acción decisiva que pudiera resultar en la desestabilización del gobierno y esto probablemente resultó ser lo que provocó el operativo que le arrancó la vida a las hermanas Mirabal y el gran olvidado de esta tragedia,  el Sr. Rufino de la Cruz.

En su libro “Trujillo: El Ultimo Cesar”, el General Arturo Espaillat (destacado militar dominicano y graduado con honores de West Point Academy en los EEUU) narra que en fecha del 25 de Diciembre del 1960, a casi un mes al día después del lamentable asesinato de las hermanas Mirabal, los norteamericanos confirman al Sr. Luis Amiama Tió su anuencia sobre la selección del General “Pupo” Román Fernández como jefe del gobierno luego de la muerte del Jefe, cargo que ostentaría hasta el 1962, cuando según el plan elaborado, se llevarían a cabo las elecciones para elegir el nuevo gobierno. Este operativo fue el trabajo que realizara este sobrino político de mi abuelo para merecer este notable reconocimiento.

Otro dato interesante también que muy pocas personas saben Raifi, es que en el juicio que se llevó a cabo en contra de los implicados en la muerte de las hermanas Mirabal (en Junio del 1962, es decir después de la salida de la familia Trujillo por lo que no pueden alegar intromisión alguna de parte de ningún miembro de la familia) trataron por todos los medios de implicar al Generalísimo Trujillo en el crimen de las hermanas Mirabal. El fiscal del juicio era el Dr. Valera Benítez y este intento culpar al Jefe de ser el autor intelectual y material de los hechos. Buscaba por todos los medios que los implicados señalaran directa o indirectamente a mi abuelo como el que dio la orden para el violento exterminio. A pesar del ambiente hostil hacia todo lo que representaba el gobierno de Trujillo, y la intención de vilipendiar su figura, no pudieron involucrarlo de forma alguna.

Sin embargo, una información interesante que si salió de este juicio surgió durante el testimonio que diera el Sr. Víctor Alicinio Peña Rivera, cuando este señaló a un alto oficial militar como el hombre del sombrero que llevaba las iniciales “A.I.”. Al momento de estas declaraciones tan comprometedoras, su testimonio y la transmisión televisiva del juicio fueron interrumpidas, y el juez hiso salir a todos los medios de comunicación de la sala, evitando así que se ventilara esta información públicamente por el peso de las revelaciones.

Lo penoso de todo esto es que el pueblo dominicano ha sido privado de todos estos datos de tanta trascendencia. El afán de esconder todas estas verdades es tan grande, que hicieron todo lo posible para desaparecer todo rastro de estos testimonios. La transcripción del juicio la tienen secuestrada por lo que no está en los archivos del Palacio de Justicia, ni en el Archivo General de la Nación. No quieren hacer pública el contenido de estos, porque contradice lo que por 49 años le han querido vender al pueblo dominicano.

Después de la publicación del libro de mi Madre (Trujillo mi Padre,…en mis memorias) muchas personas han salido responsablemente a defender la historia de nuestro país, y han apoyado de manera fidedigna los relatos ofrecidos en el libro de mi madre. En Mayo de este año pasado, la Sra. Miriam Morales, integrante del Movimiento 14 de Junio, anti-trujillista,  y una señora que estuvo presa en la cárcel de la cuarenta por sus acciones adversas al gobierno, afirmó estar de acuerdo con la versión del libro de mi madre sobre este capítulo de las Hermanas Mirabal. Según su propio relato, ella fue la última que vio con vida a las tres hermanas cuando salían de su casa para ir a ver a sus maridos que estaban presos. Ella narra en este artículo que las perseguía un carro y que al volante de ese carro iba uno alto oficial militar que según ella aun sigue vivo. Esta versión también se ajusta enteramente al testimonio del Sr. Víctor Alicinio Peña Rivera en el juicio del 1962. Si realmente no hay nada que esconder, ¿Por qué  secuestrar la transcripción del juicio, cuál podría sería el motivo? Pienso que poco a poco vamos viendo el patrón de desvirtuar la verdadera historia y reemplazarla con una versión editada y elaborada.

Como parte de este proceso investigativo que estamos llevando a cabo en la Fundación Rafael Leónidas Trujillo Molina, hemos podido rescatar testimonios muy valiosos de personas que pudieron presenciar la reacción que este hecho tan deplorable le produjo a mi abuelo. Tenemos el testimonio de Benita Sepúlveda, “La Niña”, su ama de llaves quien me confesó a mí personalmente que mi abuelo se compungió de tal forma que no pudo ni comer ese día, y que el mismo le hablo de la “vaina” que le había “hechao”. También tenemos el testimonio del operador de la central telefónica de la Casa de Caoba quien conectó la llamada entre mi abuelo y el director del SIM en ese momento, el Coronel Johnny Abbes García, y escuchó cuando mi abuelo le comentó “Carajo, pero es que se están volviendo locos” y que le acababan de “tumbar el gobierno” al referirse a este acontecimiento y pudiendo comprender las repercusiones que esto le iba a traer a él y a su gobierno.

Por otro lado, también hay que entender algo fundamental de todo este desenlace. Está claro que en los últimos años del régimen, el Coronel Johnny Abbes García jugó un papel nefasto como director del Servicio de Inteligencia Militar, y le hiso mucho daño al gobierno de mi abuelo. Johnny Abbes era malo, pero no bruto y sabía perfectamente el sentir de mi abuelo a ese respecto y sabía también que una acción de esa naturaleza solo acarrearía males al gobierno. Así se lo dejó saber al Coronel Luis Rafael Trujillo (Nene). Es importante señalar que cuando se llevó a cabo el desafortunado crimen, Johnny Abbes García no se encontraba en el país y que el SIM era una dependencia directa de la Secretaría de las Fuerzas Armadas. Por  consiguiente, es congruente asumir que el General Román aprovechara la ausencia del Coronel Abbes García para ordenar la ejecución del plan de eliminar a las hermanas Mirabal. Es oportuno indicar que  el General Román Fernandez  actuaba motivado por el galardón que le harían los norteamericanos a los 28 días después de la muerte de las hermanas Mirabal (como mencione anteriormente) al reconocerlo como Jefe de Estado interino después del asesinato del Generalísimo Trujillo.

Ahora bien, muchas personas mantienen la posición de que absolutamente nada se movía en el país sin que contara con el pleno conocimiento de mi abuelo y por ende ven muy difícil que esta operación se realizara sin su anuencia. Sin embargo a todas esas personas, le haría el siguiente planteamiento: Si en realidad esto hubiese sido cierto… ¿Como es que se confabulan más de 100 personas para planear la emboscada que puso fin a su vida? Lo que debemos entender es que dentro de todo sistema político, existen individuos o grupos que actúan a veces independientemente o ajeno al conocimiento del gobierno de turno. “Fuerzas incontrolables” le llamaba el Presidente Joaquín Balaguer. En el régimen de mi abuelo esto era igual de común, y a él le imputaron muchos hechos lamentables que él jamás contrajo. Pudiera enumerarle varios de estos, donde nosotros hemos podido obtener pruebas fehacientes que desvinculan enteramente al Generalísimo Trujillo. Sin embargo, voy tomar la oportunidad de ofrecerles una primicia a los seguidores de su blog, ya que sé es unas de las fotos que llama mucho la atención allí y es la de Enrique Blanco. En su blog, usted implica directamente al gobierno de Trujillo en el asesinato de este señor. Sin embargo, nosotros tenemos un documento que absuelve totalmente a mi abuelo y su gobierno de este episodio. En realidad es el documento de un señor que incluye su foto, nombre y hasta su número de cedula, y donde relata al Jefe que el mismo fue quien mató a Enrique Blanco, y a cambio solicita ser favorecido con un nombramiento de parte del gobierno, cosa que mi abuelo nunca le concedió. Incluso, mi abuelo involucró a muchos enemigos del régimen en su afán por unificar el país y luchar para realizar su sueño de engrandecer a la República Dominicana. Tenemos la intención de hacer pública esta carta entre otras más que tenemos para que el pueblo dominicano tenga el beneficio de estas informaciones que le ofrecerá una visión diferente de esos 31 años en que gobernó el Generalísimo Trujillo. Vuelvo y repito que a mi abuelo le han culpado de muchas cosas en la que él jamás participó.

Cuando hago este planteamiento, hay muchos que también me reclaman que siendo esto cierto, porque mi abuelo jamás llega a sancionar ni a castigar públicamente a los responsables. Les recuerdo a todos que el gobierno de mi abuelo era autocrático, una dictadura y de mano dura. El perfil de este tipo de gobierno no admite que se ventile públicamente nada que se pudiera definir como una debilidad dentro de su maquinaria gubernamental o que se pudiera identificar como una diferencia de ideología o de criterio entre sus funcionarios. Esto claramente les ofrecería la oportunidad a sus adversarios de incitar una agresión o de aprovecharse de este quebranto político de alguna forma u otra. Simplemente, no era conveniente. Es por esta razón que el Jefe simplemente asumía responsabilidad públicamente aunque en privado lo pudiera condenar o repudiar desmedidamente como fue en el caso de estas muertes tan fatídicas.

También es importante señalar que, tal y como lo narra el libro de mi madre, a pesar de su enojo, mi abuelo no actuó en contra del General Román Fernandez, ya que lo interpretó como una muestra de lealtad desmedida según la defensa que le hiciera su hermano Negro a este, al tratarse de un asunto familiar.

En el libro de mi madre (Trujillo mi Padre,…en mis memorias) está incluido la narración de las declaraciones que dio el General “Pupo” Román Fernandez en la base de la Fuerza Aérea de San Isidro durante los primeros tres días de su apresamiento. Muchos han querido desacreditar este testimonio alegando que se obtuvieron bajo diferentes métodos de tortura. Quiero aclarar que esas declaraciones las dio el General Román Fernandez mientras estuvo detenido en un cuarto de la Jefatura, y  según todos los testimonios que tenemos de los oficiales allí presentes, nadie le puso la mano. Estas declaraciones las dio el antes del juicio que se consumara en el cine de la base aérea por lo que también hubiese sido evidente a todos los allí presentes, si en realidad este hubiese sido objeto de tortura. Sin embargo, nadie ha podido dar testimonio de ello porque simplemente nunca fue así.

El testimonio del General Román Fernandez es de vital importancia porque relata en sus propias palabras, todo el desenlace que culminó con la muerte de estas tres jóvenes activistas políticas. El mismo profesa que recibió la recomendación del Sr. Luis Amiama Tió para hacer eso con fines de desestabilizar el gobierno e incluso narra que en otra ocasión más le habían presentado al Jefe esta misma propuesta quien la descartó sin titubeos, insinuando que ellos se habían vuelto locos. Esta relación del General Román Fernandez también concuerda con todas las demás informaciones que tenemos sobre el interés de los americanos en derrocar al Jefe, la participación del General Román Fernandez y el plan que se había puesto en marcha para cumplir con este cometido. Ahora bien, tal y como la transcripción del juicio a los implicados en la muerte de las hermanas Mirabal, estas declaraciones que fueron debidamente grabadas y entregadas allá en la Fuerza Aérea también están secuestradas. El General del Ejército retirado Juan Pou hijo dio su testimonio bajo fe de juramento, y aseveró de que estas grabaciones (o cuando menos una copia de las mismas) están en manos de la familia del Sr. Imbert Barrera. Sin embargo, nunca las han hecho públicas. Me pregunto, ¿Por qué no permiten escuchar esas cintas para que el pueblo dominicano pueda oír su tan importante contenido?

Es significativo señalar también el testimonio tan valioso del Sr. Horacio Frias (Ex Coronel de Ejército y ex Comandante del batallón de la Penitenciaria Nacional de la Victoria) que en Octubre del 1964 describe el fusilamiento de Segundo Imbert Barrera y de su  cofrade de celda Rafael “Papito” Augusto Sanchez Sanlley el día 1 de Junio del 1961 a manos del General Román Fernandez. También ordenó que le abrieran fuego a Antonio de la Maza y a Juan Tomas Diaz tan pronto como lo encontraran, para dejarlos sin vida instantáneamente, evitando así una posible interrogación. Todo esto lo hiso él para evitar que descubrieran su participación en la muerte de las hermanas Mirabal y en el complot que puso fin a la vida del Generalísimo Trujillo.

Ahora bien, vuelvo y repito Raifi, porque es importante que los lectores de esta entrevista lo sepan. La Fundación Rafael Leónidas Trujillo Molina está llevando a cabo una investigación profunda sobre este capítulo tan oscuro de las hermanas Mirabal, doloroso para todos nosotros que tenemos madres, esposas e hijas. En mi respuesta he incluido algunos datos que son revelaciones nuevas, aportes recientes que han surgido después de la publicación del libro de mi madre. Incluso, tenemos informaciones que apoyan el hecho de que el Jefe, luego de la muerte de las hermanas Mirabal, ordenó una investigación profunda sobre este acontecimiento, y que los implicados fueron detenidos e interrogados. Estamos en busca de las informaciones que apoyan esta versión. Todos los días descubrimos pistas nuevas y hay que rastrear y socavar más allá para llegar a la verdad. Hemos estado detrás de documentos desclasificados de la CIA, donde encontramos muchos de los datos que hoy nos sirven de soporte a nuestras investigaciones, y tenemos la firme convicción de continuar con todo este proceso. Lo que a mí más me sorprende es que después de 49 años nunca se ha hecho una investigación seria sobre este episodio tan tétrico.

Es evidente que toda la información inherente a este caso sustenta el hecho de que este macabro incidente fue concebido en busca de desestabilizar el gobierno de mi abuelo, con la naciente recriminación y el repudio de todos los sectores al buscar imputar directamente al Generalísimo Trujillo. ¿Porque no explorar estas circunstancias y escudriñar la posibilidad de que esto se debiera más bien a una intromisión perversa del mismo grupo que planeaba matar al Jefe?

Vuelvo y repito, que lo que buscamos es abrir un dialogo histórico que permita cuestionar estos eventos, las informaciones, las pruebas y exigir que todo cuanto se habla se dilucide de manera irrefutable. Nuestra intención no es alegar que somos dueños únicos de la verdad, pero si queremos demostrar nuestro interés genuino en inquirir, en buscar, en reunir pruebas fidedignas que nos conduzcan a la verdad histórica sobre este y todos los casos polémicos de la Era de Trujillo. Tenemos la intención de llevar al pueblo dominicano los resultados de estas indagaciones luego de un proceso extenso de mesas redondas, estudios forenses, y una organización de todo el material de apoyo inédito que vaya surgiendo para compaginarlo con la extensa fuente de documentos que tenemos, para así ofrecer este trabajo digno y serio a los anales de la República Dominicana.

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L.Ramfis Domínguez Trujillo

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Raifi Genao  te trae esta impactante y casi desconocida petición de éste héroe independentista, no dejes de leerla, de seguro te asombrarás  !!

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En la mañana del 11 de abril de 1855, un penoso cortejo de condenados a muerte, escoltado celosamente por un batallón de soldados regulares y observados a discreción desde la retaguardia por una abigarrada multitud de curiosos, llegaba en silencio al cementerio municipal de El Seibo.

Aquel había sido el lugar escogido por las autoridades para darle cumplimiento a la sentencia emitida tres días antes contra ellos por un tribunal militar, encabezado por el general Juan Rosa Herrera y el coronel Eugenio Miches, a instancias del entonces presidente, general Pedro Santana. El grupo era apenas una parte del amplio contingente de dominicanos que, imputados de conspiración contra el régimen de terror impuesto por Santana, habían sido detenidos entre febrero y marzo de 1855. 

(La develada conjura había sido auspiciada por el ex presidente Buenaventura Báez desde su exilio en Saint-Thomas, pero la mayoría de los dominicanos de ideas progresistas se habían sumado a ella con el objeto contribuir a enderezar el tortuoso derrotero que había tomado la república desde 1853 en manos de Santana). 

En aquel infeliz desfile de sentenciados que arribaba a las afueras del cementerio seibano, unos cabizbajos y otros con la mirada perdida en el horizonte de cruces que se levantaba a la distancia, se destacaba la figura serena y altiva de un hombre de rostro curtido, mediana edad y estatura procera: era el general Antonio Duvergé, popularmente conocido como «Bois» (pronunciado «Buá»), antiguo jefe del legendario ejército dominicano del sur y uno de los más descollantes héroes de las jornadas independentistas criollas frente a Haití. 

Duvergé, quien había sido confinado a El Seibo tras salir absuelto en el proceso que Santana le armara en 1849, debió ocultarse cuando la mencionada conspiración fue descubierta, y luego de una persecución tenaz y violenta fue apresado en su escondite como resultado de una infidencia cuyo origen aún se discute. 

Era de general conocimiento que Duvergé, cuya vida de soldado se inició en los días primigenios de la independencia, gracias a su acendrado espíritu patriótico, su valor espartano y su pericia en el arte de la guerra -galvanizados al calor de la guerra a muerte contra el invasor haitiano-, había ascendido paulatinamente entre sus pares hasta terminar convertido en una de las más importantes figuras militares de la naciente República Dominicana. 

Fue Duvergé, en efecto, el comandante victorioso que durante años frenó las hordas invasoras en las agrestes tierras de la frontera sur -especialmente en Comendador, Las Matas de Farfán y San Juan de la Maguana- y el caudillo nacionalista que se alzó con la victoria en los heroicos combates de El Memiso (abril de 1844), Cachimán (diciembre de 1844, y junio y julio de 1845) y El Número (abril 1849). Sus hazañas militares en esta zona durante casi siete años hicieron que uno de sus más ilustres biógrafos lo denominara, con justa razón, «el centinela de frontera». 

El tribunal militar que lo juzgó, como ya se ha reseñado, condenó a Duvergé a la pena capital, y fue tratado con tanta saña que ni siquiera sus hijos quedaron a salvo: Alcides, un jovencito de apenas 22 años, y Daniel, adolescente menor de edad, fueron sentenciados a la misma pena -siendo prorrogado el cumplimiento de la decisión con respecto a este último hasta que cumpliera 21 años-, y Tomás -de 11 años- y Nicanor -de 9 años- resultaron sentenciados a la pena de confinamiento en Samaná. 

Aquel fatídico día de primavera, miércoles posterior a la Semana Santa de 1855, impelidos por el vozarrón de mando del comandante y las amenazas de los soldados bayonetas en ristre, los condenados empezaron a formarse a un lado de la amplia pared del camposanto, y luego del anuncio de rigor se procedió, con la rudeza que es propia del comportamiento castrense, a despojar deshonrosamente de sus insignias a los convictos que eran portadores de rangos militares. 

Luego de concluir esa odiosa ceremonia de degradación y humillación, también tras la orden al efecto de oficial comandante de las tropas, se iniciaron los preparativos para el proceso de fusilamiento, uno a uno, de aquellos patriotas que, debido a sus manifestaciones por un mejor destino para la patria o simplemente en virtud de asechanzas políticas o personales, habían caído bajo las botas implacables del general Santana y sus incondicionales. 

Un soldado avanzó entonces hacia la pared del cementerio y, situándose a unos metros de ella, con la punta de su bayoneta dibujó en el suelo una equis para señalar el sitio exacto donde debía ser colocado cada uno de los hombres que iban a ser pasados por las armas. Un rancio olor a muerte se sentía en el ambiente, y tanto la mayoría de los uniformados como los civiles curiosos que estaban situados a prudente distancia del teatro de los hechos eran presas de un mutismo sepulcral. 

En el momento en que el jefe de los soldados procedía a ordenar la presentación ante el pelotón de fusilamiento del primer condenado, todos los presentes se sorprendieron al ver que el general Duvergé, con mirada apremiante, le hacía con su mano derecha un firme gesto de llamado a aquel. Aunque nadie osó romper la fúnebre mudez que reinaba en el ambiente, muchos se cuestionaron interiormente por el extraño acto del gran patriota y líder militar. «Parece que Bois se está cagando del miedo», susurró un desaprensivo. 

El oficial comandante, sin ocultar su desagrado por la interrupción de que había sido objeto por parte del general Duvergé, obtemperó de mala gana al llamado, y avanzó con paso marcial y aire de arrogancia hacia el lugar donde él se encontraba. Tras escuchar algunas palabras pronunciadas por el condenado, el oficial pareció quedar momentáneamente paralizado. Se le vio turbado, como si no pudiera dar crédito a lo que había escuchado. «Tiene usted que complacerme -se oyó decir a Duvergé con voz estentórea-. Es el último deseo de un condenado». 

Algunos segundos después, ya repuesto del efecto que le causaron las palabras del general pero con el rostro visiblemente desencajado y el pecho probablemente henchido de conmiseración, el oficial ordenó que llevaran de inmediato al patíbulo a un jovenzuelo de mirada tímida, piel acanelada y contextura media: se trataba de Alcides, el hijo de 22 años de Duvergé que, como ya se señaló, había sido condenado junto con él. En medio de la expectación general, dos soldados se adelantaron para darle cumplimiento a la orden. 

El muchacho, virtualmente arrastrado hacia el cadalso, estalló en sollozos mientras se alejaba con mirada anhelante de su padre, y minutos después el plomo graneado del pelotón de fusilamiento caía letalmente sobre su joven anatomía. El general Duvergé tuvo el valor de verlo retorcerse ante el impacto de los proyectiles, pero no pudo sostener la mirada cuando lo vio desplomarse, exánime, sobre el suelo polvoriento. Dos gruesas lágrimas rodaron por sus mejillas ajadas. 

Cuando llegó su turno, el general Duvergé se negó a que los soldados lo llevaran de brazos, como se estilaba en la época, y caminó calmadamente hacia el lugar en donde se encararía con la muerte. Una vez frente al pelotón de fusilamiento, el insigne patriota levantó los hombros, miró altivamente hacia sus ejecutores y grito: «Estoy listo». Entonces se escuchó la voz de mando ordenando disparar. Duvergé, impactado por el fuego de los ejecutores, cayó lentamente al suelo, con el pecho destrozado. 

Al concluir el macabro acto de administración de la pena capital, uno de los presentes se acercó al oficial que lo dirigió y, entre mordaz y curioso, le preguntó: «Comandante, respetuosamente, ¿y qué fue lo que le dijo el general Duvergé que usted se puso blanquito?» La respuesta del oficial, ofrecida con un dejo de emoción que resultó perceptible a pesar del tono cortante de su voz, causó estupefacción en todos los asistentes: 

-Me pidió como último deseo que:

¨ Fusiláramos primero a su hijo para evitarle el dolor de ver morir su padre. ¨

 

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Por: Arq.Raifi Genao

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Escritos de : Luis Decamps-Archivo General de La nación

 

Detalles del crimen, la impunidad de sus asesinos y declaraciones de Doña Dedé Mirabal con datos inéditos que debes conocer.


Desde inicios de los años sesenta el movimiento 14 de Junio era un dolor de cabeza para el Generalísimo Trujillo, no transcurría un día que no le llegaran a su escritorio informes del SIM sobre muchos desafectos del régimen que pertenecían de manera secreta a este creciente grupo clandestino, precisamente ya para el 18 de Mayo de 1960, las hermanas Minerva y Maria Teresa, esposas del Lic. Manolo Tavarez Justo y del Ing. Leandro Guzmán, todos cabecillas de dicho movimiento insurreccional, habían sido juzgadas en Santo Domingo ,al igual que sus esposos, por atentar contra la seguridad del estado. Se les declaró culpables y fueron condenadas a tres años de prisión, inmediatamente todos comenzaron a purgar sus penas, pero ellas no durarían mucho en la cárcel, en un gesto extraño, el 9 de Agosto y por Disposición expresa del Generalísimo, Minerva y María Teresa Mirabal fueron puestas en libertad, sus maridos sin embargo continuaron en prisión. Estas ¨Disposiciones del Generalísimo¨ tenían doble propósito, por un lado pretendía demostrar la Generosidad de Trujillo, por el otro les daba la libertad a aquellas personas a quien él quería seguir hostilizando, este último era el caso de las Mirabal. No bien habían pasado un par de semanas de la libertad y ya existían informes sobre  reuniones secretas contra el régimen encabezadas de nuevo por las  Hermanas Mirabal ésto, sumado a las presiones internacionales entre muchas cosas por el atentado en Venezuela contra el Presidente Rómulo Betancourt, por el que la OEA sancionó al estado dominicano con rompimiento de Relaciones diplomáticas y económicas y la creciente caída de los diferentes regímenes dictatoriales en américa latina  era ya demasiado para el Generalísimo y en medio de un informe que inició de nuevo con los pasos que daban estas mujeres rebosó la copa de la tolerancia y Trujillo le ordenó al General Pupo Román un plan para desaparecer definitivamente a las Hermanas Mirabal. Recomendándole usar al SIM para su ejecución. La primera medida que tomó Pupo Román fue el traslado de los presos a la cárcel de Salcedo, al parecer aparentando benevolencia, pues de este modo no tendrían que realizar largos viajes a la cárcel de La Victoria, que era donde cumplían sus penas los esposos, en verdad esto era el inicio de la capitalización del plan para la eliminación de las hermanas Mirabal. El General Pupo Román, cumpliendo las orientaciones del Generalísimo dejó en manos del SIM (Servicio de Inteligencia Militar) a la sazón dirigida  por el Capitán de Corbeta de la Marina de Guerra (Mayor) Cándido Torres Tejada, quien había sustituído al siniestro Jhonny Abbes, que se encargaba en ese momento de dirigir la campaña contra la Iglesia y a la emisora Radio Caribe, pero en verdad Abbes seguía dirigiendo con sus ideas y tras bastidores al organismo opresor , para dar cumplimiento a la orden Torres tejada se dirigió a Santiago y le dio las instrucciones al jefe sel SIM en la zona norte ,el entonces Teniente Víctor Alicinio Peña Rivera y según escribe en su libro el propio Peña Rivera, éste le expuso el plan de la siguiente manera: ¨Vengo de parte del ministro de las Fuerzas Armadas, General Román, para que dispongas el traslado a Puerto Plata de los esposos de las Hermanas Mirabal, la justificación del traslado será el descubrimiento de armas clandestinas dirigidas al movimiento que ellos encabezan, la idea es que ellos nos ayuden a determinar si las personas apresadas las pueden identificar como miembros del movimiento, una vez terminado esto les puedes decir que serán regresados a Salcedo de nuevo. Una vez trasladados les prepararás una emboscada en la carretera a las Hermanas Mirabal, deben morir y se simulará un accidente automovilístico, ese es el deseo del jefe¨. Al día siguiente el cabo de la Policía Nacional Ciriaco de La Rosa llegó a los cuarteles del SIM en Santiago para cumplir con el plan, solicitó cuatro agentes y un vehículo para conformar el escuadrón de acción , Peña Rivera asignó a Alfonso Cruz Valerio, Emilio estrada Malleta, Néstor Antonio Pérez terrero, y Ramón Emilio Rojas Lora. El 18 de Noviembre el escuadrón regresó sin cumplir la orden alegando que las hermanas Mirabal viajaban con niños, el 22 de noviembre regresaron de nuevo alegando las mismas causas, pero el 25 de noviembre se pudo comprobar que en esa visita no andaban con niños sino con un chofer y otra de sus hermanas (Patria), se decidió entonces ejecutar el macabro plan. Tras despedirse de sus respectivos maridos, en el patio de la fortaleza, las tres mujeres y el chofer, salieron rumbo a Salcedo, planeando la próxima visita para la siguiente semana. Ya fuera de Puerto Plata, el jeep se desplazaba por la serpenteante carretera y al llegar al puente de Mará Picá, fueron detenidos por cuatro hombres que tenían un carro cepillo atravesado en medio del puente. Las tres mujeres fueron obligadas, a punta de pistola, a subirse al asiento trasero del carro de los sicarios, mientras tres de estos se montaban con el chofer en el jeep, dirigiéndose hacia La Cumbre donde estaba La Mansión, en la que les esperaba el capitán Peña Rivera para darles las instrucciones finales.

En el camino, en una de las curvas de la carretera, casi cerca de la cumbre, bajaba un camión del Instituto de Seguros Sociales, era conducido por José Gabriel Pérez quien viajaba junto a tres compañeros (Pérez testificó luego en el juicio contra los asesinos) lo que aprovechó Minerva para vocear: ¡Nos van a matar…Nos van a matar…! El camión hizo como que se iba a parar, pero una acción de los que venían atrás en el jeep los hizo desistir y continuaron su camino. Las prisioneras habían perdido su única oportunidad de librarse de sus captores.

Los dos vehículos entraron al patio de la Mansión. Las mujeres y el hombre fueron llevados a la fuerza por los sicarios dentro de la casa. De inmediato Peña Rivera hizo una seña a de la Rosa para que actuaran, retirándose hacia una lejana habitación de la casa.

Hubo un instante en que las mujeres, mirándose a los ojos se habían comunicado y trataron de escapar, pero fueron fuertemente sujetadas por los sicarios. El sargento de la Rosa salió por un momento de la casa y se dirigió al carro en que andaban y sacó cuatro garrotes que habían cortado cerca del puente Mará Picá y que llevaban en el baúl del cepillo.

Entró a la casa y los repartió entre sus otros tres compañeros que debían ejecutar el plan al igual que pañuelos para ahorcar las víctimas.  Ciriaco de la Rosa reveló durante el juicio posterior al asesinato lo siguiente:

«Después de apresarlas, las condujimos al sitio escogido, donde ordené a Rojas Lora que cogiera palos y se llevara a una de las muchachas. Cumplió la orden en el acto y se llevó a una de ellas, la de las trenzas largas (María Teresa). Alfonso Cruz Valerio eligió a la más alta (Minerva), yo elegí a la más bajita y gordita (Patria) y Malleta, al chofer, Rufino de La Cruz. Ordené a cada uno que se internara en un cañaveral a orillas de la carretera, separadas todas para que las víctimas no presenciaran la ejecución de cada una de ellas.

Ordené a Pérez Terrero que permaneciera en la carretera a ver si se acercaba algún vehículo o alguien que pudiera enterarse del caso. Esa es la verdad del caso. Yo no quiero engañar a la justicia ni al pueblo. Traté de evitar el desastre, pero no pude, porque de lo contrario, nos hubieran liquidado a todos».  

Pero esas declaraciones que indicaban que la ejecución ocurrió en un cañaveral cercano fueron cambiadas años más tarde y aclaró a amigos cercanos que el crimen ocurrió realmente en los terrenos de la casa de la cumbre pues Peña Rivera quería ver los cadáveres con sus propios ojos antes de ordenar tirarlos por el Precipicio, pués tenía que dar un informe fidedigno a sus superiores,(esto coincide con las declaraciones del chofer del camion del Instituto de Seguridad social que dice haber visto vivas a las hermanas Mirabal en el trayecto hacia La Cumbre) fue así entonces que durante varios minutos unos quejidos y alaridos que no pudieron escucharse fuera de la estructura de la vivienda construida de adobe y forradas de caoba fueron emitidos, y con la respiración entrecortada, los sicarios dieron por teminada su labor de exterminio. Los cuerpos de las mujeres y el hombre ya no hacían ningún movimiento convulsivo, primero las habían ahorcado con pañuelos después vino la secuencia de palos para que sus cuerpos presentaran golpes del supuesto accidente. Estaban muertos. El sargento de la Rosa se dirigió entonces al aposento donde estaba el hombre del sombrero Stetson, que era Peña Rivera y le dijo: «Señor, misión cumplida».

El capitán Peña Rivera ordenó entonces después de ver los cuerpos: «Esperen a que oscurezca un poco y busquen un lugar dónde derrumbar el jeep, recuerden que debe parecer un accidente». Los cuerpos y el vehículo fueron depositados en la marquesina de la mansión de la cumbre a la espera de la noche, acto seguido, Peña Rivera y sus guardespaldas se montaron en el Mercedes Benz negro y se dirigieron a Santiago. Por el camino, el Jefe del SIM en el Cibao, llamó a la central en Ciudad Trujillo: «Ejecutada Operación Cumbre» que fue el nombre secreto asignado por el SIM a esta acción.

Ya oscureciendo, los sicarios Ciriaco de la Rosa, Alfonso Cruz Valerio, Emilio Estrada Malleta, Ramón Emilio Rojas Lora y Néstor Antonio Pérez, se dirigieron con los cuatro cadáveres en el yip a la sección Río Arriba, que enlaza las carreteras Luperón y Duarte , a pocos kilómetros de la Mansión de la Cumbre y en una pendiente que tiene unos 50 metros empujaron el vehículo con los cadáveres de las tres mujeres y el hombre (ver en foto de portada a Manolo y Leandro en el lugar). El día 27 de noviembre de 1960, en el periódico El Caribe apareció la noticia en la página tres, informado que dos días antes, o sea del 25, «tres hermanas y el chofer del yip en que viajaban, habían sufrido un accidente en la sección Río Arriba, que enlaza las carreteras Luperón con Duarte».

Las hermanas Patria Mirabal de González, Minerva Mirabal de Tavárez y María Teresa Mirabal de Guzmán, habían perecido junto al chofer Rufino de la Cruz, «en un accidente que se presume ocurrió cuando el conductor perdió el control del vehículo placa J-19488, y cayó unos 50 metros, deteniéndose en la margen del río Guazumal».

 

Juicio e Impunidad de los asesinos

En el mes de junio de 1962 se inició el juicio en la Cámara Penal de Jurisdicción Nacional a los acusados y cómplices del asesinato de las hermanas Mirabal y el chofer Rufino de la Cruz.

En el banquillo de los acusados fueron sentados los autores materiales del cuádruple crimen, Ciriaco de la Rosa, Alfonso Cruz Valerio, Emilio Estrada Malleta, Ramón Emilio Rojas Lora y Néstor Antonio Pérez.

Como cómplices fueron juzgados Sandito Almonte, Cándido Torres Tejada (Ausente en el juicio), jefe de Operaciones del Servicio de Inteligencia Militar en la estación Central en Ciudad Trujillo,  Víctor Alicinio Peña Rivera, jefe de Operaciones del SIM en el Cibao, Silvio Antonio Gómez Santana, Viterbo Alvarez (Pechito), Pedro Peña Ortiz y David Olivero.

El magistrado doctor Osvaldo B. Soto, presidía el tribunal especial. El Procurador Fiscal de Jurisdicción Nacional, era el doctor Rafael Valera Benítez, mientras que la parte civil estaba representada por los doctores Héctor Sánchez Morcelo, Ramón Pina Acevedo, Francisco Carvajal Martínez, Antonio Guzmán y Miguel A. Vásquez Fernández. El abogado de la defensa de los acusados fue el abogado de oficio Héctor Barón Goico. El tribunal condenó a los principales acusados a la pena máxima de 30 años, excepto a Ciriaco de la Rosa que de manera insólita fué condenado a sólo 20 años por supuestamente colaborar con la aclaración del crimen, aunque realmente nunca las cumplieron, tiempo después y con la ayuda de grupos militares trujillistas fueron provistos de pasaportes y sacados del país.

Muchos de ellos han muerto en distintas circunstancias, otros , muy pocos, se encuentran vivos gozando de la impunidad que les permitió la complicidad oficial y un pueblo con ansias de libertad y a veces un poco olvidadizo.

Ciriaco De La Rosa – Fué el principal asesino ejecutor de la acción ,después de su fuga y con ayuda de militares dominicanos, se radicó en Lawrence, Massachussets , una pequeña ciudad con alta población dominicana que está ubicada en las cercanías de Boston, donde vivió una vida tranquila , Ciriaco De La Rosa tuvo dos hijos, la mayor Bienvenida De La Rosa Polanco y el varón Ciro Rafael De La Rosa Polanco; ambos hijos de su única esposa Thelma de De La Rosa Polanco. Su hija falleció dos o tres años después que él en un accidente automovilístico en la Calle Essex Street en el mismo pobladito de Lawrence. Su hijo fue Sargento Mayor del cuerpo de Marines de los Estados Unidos, luego policía en Lawrence y obtuvo una maestría en ciencias policiales de una universidad en Boston. Su hijo estaba vinculado al PRD y volvió al país (en la epoca de Hipolito) donde nunca tuvo problemas con la justicia e ingreso a las filas de la policía nacional dominicana, Ciriaco de La Rosa pasó sus últimos años jugando dominó casi todos los días en el local del PRD ,de Lawrence acompañado de los dirigentes de esa organización en un local que irónicamente lleva el nombre de las heroínas de Salcedo . Falleció en una extraña fecha 20/02/2002 y que además coincidió con el estreno de la película En el Tiempo de Las Mariposas, falleció en el Hospital de Lawrence de un derrame cerebral sin tener que pagar nunca uno de los más terribles crímenes de la historia Dominicana, su cadáver fue velado en dicha ciudad, en la Funeraria Parra y asistieron muchos amigos calieses de la era e incluso ex-militares que compartieron con él misiones funestas en la época de la dictadura. Fue ingresado al hospital con el nombre falso de Santiago Rosa y tiempo después bajo la misma falsedad, sus hijos lograron traer luego el cadáver en forma secreta y enterrarlo en Santo Domingo ante la asombrosa indiferencia de las autoridades. De la Rosa en los interrogatorios a que fué sometido dió impresionantes declaraciones que nunca fueron recogidas en el expediente, entre ellas que la orden de eliminar a las mirabal no vino de Trujillo sino del General Pupo Román ya que luego del asesinato todos ellos fueron citados ante la presencia de Trujillo quién incluso agredió a algunos de ellos muy enojado por el daño a su gobierno, dijo que salvaron la vida gracias a que el propio Pupo cargó con la responsabilidad de la orden entendiendo que estaba ayudando con esto a eliminar el movimiento clandestino pero que aún así estuvieron detenidos por más de 10 días en celdas separadas, esto sin embargo dadas las caracteristicas criminales de De La Rosa no fué tomado como válido.

 Alicinio Peña Rivera, Fué el comandante del SIM en la zona Norte , dirigió la operación que culminó con el asesinato de las Hermanas Mirabal , fué apresado tras la huida de Ramfis al momento de visitar la base aérea de Santiago por instrucciones del General Rafael Rodríguez Echavarría, fué juzgado y condenado a Treinta años de prisión, pero cuatro años después logró huir a los Estados Unidos por el puerto de Haina en el Alcoa Explorer, un Barco-carguero norteamericano que había venido a descargar arroz y que, luego de desmontar su carga, regresaba al territorio norteamericano, Peña Rivera  huyó apoyado por amigos militares influyentes, se radicó más tarde en Puerto Rico, escribió dos libros sobre la dictadura (La Historia Oculta de un Dictador y La herencia del Caudillo), tuvo el coraje de regresar al país en la década de los ochenta y visitar emisoras y canales de televisión tratando de limpiar su imagen de criminal, pero el pueblo reaccionó con enojo y tuvo que salir apresuradamente del país sin ser apresado, falleció tranquilamente en Puerto Rico en el 2001.

 Cándido Torres Tejada, jefe de Operaciones del Servicio de Inteligencia Militar en la estación Central en Ciudad Trujillo,  a la hora del juicio se encontraba prófugo  también logro evadir la justicia y con gran asombro se supo que hasta hace un tiempo asistía a los juegos de gallos en las galleras de Santo Domingo compartiendo con conocidos funcionarios y deportistas que alimentaron la impunidad de este criminal que finalizó sus días tranquilamente en La Vega rodeado de sus amados hijos que lo calificaron como el mejor de los padres. De la misma forma impune fueron apagándose las vidas de los demás personajes participantes en éste crimen horrendo que terminó también con más de 30 años de dictadura.

Emilio Estrada Malleta – Nació en 1923, de origen cubano, este funesto personaje, miembro del Servicio de Inteligencia Militar y conocido esbirro que tenía experiencia como torturador y asesino, ya que trabajó en Cuba con Fulgencio Batista y su Dictadura, incluso, antes del crimen de las Mirabal había torturado a Leandro Guzmán, en esa ocasión estuvo acompañado de César Rodríguez Villeta ( que actualmente vive en Monte Plata) y otros hombres que se presentaron a su apartamento, el 17 de enero de 1960, desde donde Guzmán fué lanzado por las escaleras, casi desnudo. Más tarde, luego de muerto Trujillo, encabezó a nivel operacional, por instrucciones de Minervino (Jefe de la victoria) y Ramfis ,debido a su experiencia, al grupo de militares que trasladó a los héroes antitrujillistas desde La Cárcel de La Victoria hasta la Hacienda María y en el posterior simulacro de fuga en que fueron acribillados algunos policías, quizás pensó que Ramfis duraría otros treinta años y estaría protegido con el mismo manto del dictador, pero no fué así y con la huida de Ramfis y los Trujillo debió enfrentar la débil justicia que apenas se iniciaba y que finalmente dió lugar a su fuga de la cárcel y del país. Éste personaje, puso en varias ocasiones ,después de su fuga, a correr el rumor de su muerte, quizás para que se olvidaran de él, en parte logró su cometido ya que incluso periódicos lo publicaron y sus persecutores se olvidaron de él, pero al saberse que vivía,incluso ya con 85 años ,en Junio del 2007 fue reclamado en vano para interrogatorio por el procurador adjunto de entonces, Bolívar Sánchez Veloz, quien sí pudo interrogar a uno de los participantes del traslado, un policía de 88 años que no aportó nada en sus declaraciones, pero no dieron con él, no estaba en el país y hace poco tiempo murió tranquilamente y con otro nombre, llevándose el secreto de cientos de crímenes sin resolver.

Viterbo Álvarez (Pechito) otro de los implicados como cómplice del asesinato murió apenas unos años después en San Cristóbal pueblo en que caminaba imponente sin tener que enfrentarse a la justicia. Igual suerte en diferentes ciudades del país tuvieron otros implicados como Pedro Peña Ortiz y David Olivero, pero otros famosos torturadores trujillistas como Jose Ángel Rodríguez Villeta y el mismo José Luis león Estévez, viven en Santo Domingo y, en el caso de éste último, nunca cumplió los 30 años a que fué condenado en contumacia, y regresó cuando el crimen prescribió (a pesar que este tipo de crimen nunca prescribe).

En los últimos 48 años, el pueblo dominicano ha pasado por las transiciones de la dictadura a la libertad y de la libertad a la democracia, aunque esta última aún no se ha consolidado, ya que la mayoría del pueblo dominicano sigue siendo víctima del engaño de los políticos y los partidos tradicionales que la mantienen en los más altos niveles de pobreza, por lo que continúan existiendo diferentes clases, unas con privilegios y otras no.

El «gobierno del pueblo» que es la democracia, no se ha hecho realidad, aunque fuera esa una de las causas por las que lucharon Minerva Mirabal de Tavárez y su esposo Manuel Aurelio Tavárez Justo, liderando el Movimiento 14 de Junio, constituido por cientos de dominicanos que entregaron sus preciadas vidas a la noble causa de la libertad, entrando por la puerta grande del martirologio junto a Patria y María Teresa y Rufino de la Cruz un mártir inocente.

 Doña Dedé Mirabal y Algunos detalles inéditos

En Diciembre del 2006, Doña Dedé Mirabal, con motivo a la celebración de un aniversario más del asesinato de las Hermanas Mirabal en la ciudad de Nueva York, ofreció una entrevista cargada de detalles inéditos sobre la vida de las heroínas. Esta interesante entrevista fue publicada por Miguel Cruz Tejada en el Nuevo Diario de Nueva York y entre muchas cosas se destaca lo siguiente:

 “Nuestra casa fue allanada 27 veces en los gobiernos de Balaguer”, explicó Dedé en la entrevista. Dijo que las pesquisas a su casa, hechas específicamente por miembros del Ejército Nacional y el Servicio Secreto balagueristas, se debieron que los militares siempre creyeron que en el patio de la residencia, se guardaban las armas usadas por los dirigentes y militantes del Movimiento Patriótico 14 de Junio, fundado por Manolo Tavares Justo, esposo de Minerva y su hermana, pero que nunca estuvieron allí.

“Esos allanamientos nos lo hicieron en el transcurso de los 12 años de gobiernos de Balaguer”, relató Doña Dedé. “También nos expropiaron, nos quitaron una finca de diez mil tareas que teníamos en la provincia María Trinidad Sánchez (Nagua) y que estaba sembrada de arroz”. La expropiación de la finca, ocurrió en los años setentas y se hizo a través de un decreto firmado por el propio Balaguer, entonces presidente de la república… Dedé, aclaró que en lo personal, Balaguer nunca se acercó a la familia, ni los Mirabal a éste. “Fue una situación normal en la que no tuvimos comunicación recíproca con sus gobiernos. No se qué pensaba él”.

Narró que después de la llegada del PRD al poder en mayo de 1978 y siendo el fenecido Don Antonio Guzmán Fernández presidente, su esposo que era entonces gobernador, le pidió al primer mandatario, devolverle la tierra, porque siempre tuvo la ilusión de tener una gran finca. “Pero Don Antonio dijo que no, porque eso se había a través de un decreto presidencial y no lo podía derogar”. El mandatario perredeísta no le explicó a la familia Mirabal, las razones de porqué no podía cambiar la decisión ejecutiva. “Luchamos mucho para que se nos devolviera la finca, lo que el gobierno hizo fue darnos unos solares en la capital como forma de resarcir la pérdida de la finca”, detalló la Mirabal.

Dijo que en la familia sólo hay dos que se dedicaron a la política que son el ex vicepresidente Jaime David Fernández Mirabal y la diputada Minú Tavares Mirabal.

Doña Dedé se salvó de la muerte, según su narrativa, porque se quedó en la casa cuidando los niños de sus tres hermanas asesinadas, mientras estas iban a la cárcel de Puerto Plata a visitar sus esposos. “Teníamos informaciones de que el permiso que Trujillo había dado para que fuéramos a la cárcel a ver los presos, era una trampa, una embocada para asesinarnos, si yo hubiera ido, usted o cualquier otro, hubiéramos muerto”, agregó la sobreviviente. Dijo que aunque ella le pidió a Patria que no fuera a la cárcel, porque el todo el pueblo decía que era para matarlas, ésta decidió acompañar a Minerva y María Teresa, cuyos maridos eran los reclusos.

“Los asesinatos de mis hermanas no fueron una sorpresa para el pueblo, porque el traslado de los presos desde Salcedo a Puerto Plata, tenía la intención de matarlas”, sostuvo. Recordó que Minerva le preguntó que si era posible que Trujillo fuera capaz de matar a todo el que la acompañara en el viaje, porque a ella era que el tirano odiaba con más intensidad.

En un detalle estremecedor del crimen, Dedé reveló que sus hermanas fueron estranguladas y luego sus cadáveres masacrados a palos por sus verdugos. “Trujillo nunca perdonó que una mujer lo enfrentara a él, pero ella (Minerva), lo enfrentó con su forma, pero lo enfrentó”, indicó la Mirabal. Desmintió que la decisión del tirano de asesinar a sus hermanas, tuviera origen en una supuesta bofetada que Minerva le diera al sátrapa durante la celebración de un baile.

“No, eso no es correcto, la bofetada que le dio fue sin manos, porque se negó a bailar con el tirano y se fue antes que él de la fiesta”, expresó Dedé. Negó también que en el momento de ser ultimadas, sus hermanas fueran violadas por los esbirros del Servicio de Inteligencia Militar (SIM), escogidos para la macabra tarea. Confirmó que Trujillo le negó la licencia del estado a Minerva para que ésta pudiera ejercer la profesión de derecho en la República Dominicana después de haberse graduado con Magna Cum Laude en la Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD). Minerva, se inscribió en la universidad aprovechando un viaje de Trujillo a España. Años después, la facultad de derecho de la alta casa de estudios lleva el nombre de la heroína. “Mi familia fue  anti trujillista desde su nacimiento, pero ellas marcaron con sus vidas la lucha por la libertad de nuestro pueblo”.

Doña Dedé, dijo que se siente satisfecha del apoyo y la honra que el pueblo les hado a la memoria de sus hermanas y de los logros parciales democráticos que se han conseguido después de los asesinatos. “Lo que pasa es que duramos muchos años, en los que la difusión de la lucha de ellas, no se podía hacer con tanta libertad como ahora, no es que estaba prohibido, pero las condiciones no eran propicias”.

Añadió que fue a partir de la década de los ochentas, cuando el pueblo comenzó a ver una apertura sobre la historia. “Antes, no se podía hacer publicidad, porque habían cosas que no eran normales. Nosotros siempre quisimos que mis hermanas fueran sepultadas en el patio donde están hoy”.

La exhumación de los restos y el traslado al patio de la casa de Dedé de donde partieron las heroínas en vuelo hacia la muerte, debió esperar 40 años.

-¿Porqué?

“Porque las condiciones políticas no eran las más favorables, siempre hubo gente que temían a que hubiera represalias, pero no existían las condiciones para que el pueblo demostrara lo que sentía hacia el sacrificio de mis hermanas”.

“Ha tomado tiempo, estoy agradecida del pueblo dominicano y de toda la sociedad. He viajado a Europa, Estados Unidos y dondequiera que hay dominicanos, la memoria de ellas siempre está latente. También dijo sentirse orgullosa de la declaración del Día de la no violencia contra la mujer que las Naciones Unidas, hicieron en honor a las mariposas. Cuestionada cómo se siente la ausencia de sus hermanas 46 años después, expresó dramáticamente que cuando oye emular el nombre de las heroínas, cree estarlas viendo todavía.

“A Minerva le gustaba estar en el jardín, manejaba su carro, era una mujer demasiado avanzada para su época”, expuso.

Sobre los libros, películas, documentales y reseñas que se han hecho sobre las Mirabal, cree que hay algunos que son fieles a la verdad histórica. “Hay algunos que sí, el libro El Tiempo de las Mariposas de Julia Alvárez, es una novela que tiene ficción, pero está baso en la realidad, porque la autora lo hizo en base a lo que yo le conté”.

Otras obras destacadas sobre la lucha de las mariposas son “Tres heroínas y un tirano” y “Minerva Mirabal, historia de una heroína.

“Pero ante la tragedia de mis hermanas, eso no era nada para mi, esa tragedia fue lo más grande y gracias a ese ser supremo que me ha dado buena salud, tengo mis energías”, expuso con la nostalgia brillando en sus ojos. Dedé sostiene que nunca ha guardado rencor ni a Trujillo, ni a Balaguer, ni a los asesinos de sus hermanas. El padre de éstas falleció después de sufrir un derrame cerebral estando preso en una celda solitaria de la cárcel de La Victoria situada a pocos kilómetros de Santo Domingo.

“Mi madre sufrió durante 20 años esa tragedia, pero logramos superarla y criar nueve hijos, seis que dejaron Minerva, Patria y María Teresa y los tres míos”, añadió.

“Los hemos formado sin odios, sin rencor y sin venganzas porque mi familia es una familia unidad que a esta edad que tengo – 81 años cumplidos – siento que he cumplido con mi deber”.

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.Por :Arq. Raifi Genao

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Video de Dedé Mirabal-chequéalo

http://www.youtube.com/watch?v=LsEX5knyM6c

 

Manzueta Espaillat- Operación Cumbre

Moisés Turbidez-Hermanas Mirabal-

Dedé Mirabal –entrevista de Miguel Cruz para Periódico Nuevo Diario de Nueva York-

Victor A. Peña R.- La Herencia del Caudillo.

Roberto Rodríguez-Cibaonet-Muerte de Ciriaco de la rosa

Diario Libre-24 Junio 2007-Interrogan Torturador de Régimen de Trujillo

 

De no aplicar con mano dura la ley 64-00 es casi seguro que en pocos años sólo quedará el recuerdo de esta hermosa ave endémica, LA  COTORRA DE LA HISPANIOLA O AMAZONA VENTRALIS

 

Cada isla del caribe tiene su propia especie, en nuestro caso, la isla de la Hispaniola (Rep Dom y Haití) tiene como una de sus aves endémicas a  la Cotorra de la Hispaniola o Amazona Ventralis . Su plumaje es verde , de 11-12″., con la frente blanca; las plumas primarias son principalmente azul; el abdomen es más o menos rojizo, estas características la diferencian de las otras especies que habitan otras islas del caribe y américa.
A comienzos del siglo XX algunos científicos ,entre ellos, el Inglés Alex  Bextron aseguró en su viaje a la isla haber encontrado más de 1,600 nidos y más de 300 grupos de más de 30 cotorras cada uno, esto sólo en la parte norte de la isla, Todavía algunas décadas atrás nuestros abuelos y padres recuerdan ver volar muchas bandadas de cotorras con sus  ruidosos pero alegres cantos que no permiten que pasen inadvertidas, pero la acelerada destrucción de su hogar ó habitad natural que son los bosques, sumado al interés que ha desarrollado el dominicano por tenerlas como mascotas, pues. para su mala suerte, a la gente le hace mucha gracia que aprenden a repetir palabras, y a los dominicanos NOS ENCANTA tenerlas en las casas cautivas, como mascotas.  A veces las tenemos enjauladas o sueltas con las alas cortadas. 

Esto, sin embargo, está prohibido bajo las leyes dominicanas: La captura, tráfico y/o posesión de cotorras está prohibida por la Ley General sobre Medio Ambiente y Recursos Naturales No. 64-00.  Pero la ley no se aplica y continua en todo el país la compra y venta de cotorras. Así, todos los años, la mayor parte de los nidos que ponen las cotorras en el monte son saqueados y los pichones vendidos en todo el país, Este comercio les hace un gran daño porque muchos de los pichones robados de los nidos no sobreviven. La mayoría muere en los primeros días o en el transporte hasta la ciudad. La competencia de los pichoneros es fuerte, y cada vez se sacan más recién nacidos, sin apenas haber emplumado ni tener los ojos abiertos. Es como apartar a un bebé recién nacido de su madre. Otro problema es que para sacar los pichones, las cavidades en que anidan las cotorras y que utilizan cada año son destruidas.  Esto reduce la posibilidad de anidar de muchas cotorras, ya que no existen tantas cavidades que puedan utilizar en su ambiente natural. Al sacar la mayoría de pichones que se producen cada año,  las cotorras no pueden mantener su población silvestre, y mucho menos volver a lo que fueron antes. Es como si a una población humana le matáramos todos sus hijos recién nacidos todos los años durante mucho tiempo.   

Simón Guerrero en su interesante artículo sobre las cotorras dice “Muchas de las personas que tienen una cotorra, pero no quieren ser cómplices de un crimen de lesa conservación, me preguntan cómo liberar a su mascota. Esto es lo menos aconsejable, pues lo más probable es que muera y, si sobrevive, el riesgo es mayor, pues podría ser portadora de una enfermedad y desatar una epidemia que elimine la población silvestre. Si quiere deshacerse de su cotorra, llame a la Dirección de Vida Silvestre (809-472-4204) quienes decidirán el destino del ave.

Con frecuencia, los que llaman para declarar que tienen una cotorra, lo que en realidad poseen es un perico. Cuando la población dominicana era mayormente rural, todo el mundo, incluso los citadinos, distinguía los pericos de las cotorras.  el perico tiene la cola puntiaguda; la cotorra la tiene rectangular; el perico es más delgado, tiene manchas rojas en el tronco del ala y carece de la mancha roja en el vientre distintiva de la cotorra. Los traficantes aprovechan esta confusión y venden pericos por cotorras, pues es más fácil atrapar pericos adultos que saquear nidos de cotorra. El problema es que aunque en la Capital los pericos son más abundantes, están más amenazados que las cotorras debido a su más restringida distribución.

En un comercial de una prestigiosa firma en el que se exaltan los valores morales, aparece una familia que le compra un perico a un traficante y luego uno de los hijos lo libera. La buena intención es innegable pero son los resultados los que cuentan. Al comprar una cotorra estamos fortaleciendo el mercado e incentivando el saqueo de los nidos. Como reza el dicho, de buenas intenciones está empedrado el concurrido camino del infierno.

Hasta ahora las campañas para salvar las cotorras no han superado el plano puramente verbal: afiches, spots, artículos (como éste). Ya es hora de que pasemos de las palabras a los hechos. Un proyecto que tendría un impacto directo favorable en la población de las cotorras, sería vigilar la mayor cantidad de nidos durante los cerca de tres meses de cría; reparar cavidades destruidas, mejorar nuevas e instalar nidos artificiales. 

Al tener una cotorra en nuestra casa le estamos cerrando las posibilidades de que se reproduzca en su vida.  Aún si la liberamos, esta cotorra no podría adaptarse de nuevo al monte, pues no tuvo el cuidado de sus padres en que aprendía cuáles eran los alimentos del bosque, dónde estaban, y cómo comerlos. Si continúa este comercio, desaparecerán nuestras cotorras en unos pocos años.  Si en verdad quieres a las cotorras y el medio ambiente de tu país, colabora, No compres cotorras o las aceptes como regalo, porque estarás contribuyendo a su extinción.  Y corre la voz: ayúdanos a difundir esta información y a explicarle a la gente el daño que causa tener las cotorras como mascotas.  Si quieres, puedes unirte a la campaña de protección a las cotorras que desarrollan algunas instituciones, entre ellas el GRUPO JARAGUA, y HUMANE SOCIETY INTERNATIONAL a través de la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales, creo que tu intervención es importante, sabes porque? En el último levantamiento informal realizado en sus lugares de habitad, de seguir el ritmo de destrucción de los bosques y nidos, probablemente en muy poco Tiempo ….sólo quedará el recuerdo .

 

Por: Arq. Raifi Genao

 

Escritos parciales de Simón Guerrero

 

ROBO DE GANADO, ESTUPRO Y EXTORSIÓN FIGURAN ENTRE ALGUNOS DE LOS DELITOS  COMETIDOS ANTES DE 1930

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Robo de Ganado 

Una acusación contra Rafael LeónidasTrujillo y su hermano José Arismendy por robo de ganado fue realizada en el año 1914, eran tiempos difíciles y parece ser que los Trujillo estaban dispuestos a sobrevivir de cualquier manera, sin embargo ésta y otras acusaciones  no llegaron a ventilarse en los tribunales, al parecer se  lograron resolver tras bastidores pues los acusadores terminaron desistiendo de darle continuidad a la aclaración de estos hechos, sin embargo con estos acciones podemos tener en claro que en sus inicios los Trujillo tenían conductas delincuenciales que continuaron manifestándose marcadamente en otras actividades de su vida. 

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El juicio contra el teniente Rafael Trujillo en 1920

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Un juicio contra Trujillo por una Comisión Militar reunida en San Pedro de Macorís en 23 de enero de 1920, y presidida por el Teniente coronel James McE.Huey por los cargos de asalto con la intención de cometer rapto en perjuicio de la niña Isabel Guzmán de 14 años y nativa de San José de Los Llanos en San Pedro de Macorís, y por conducta escandalosa tendente a destruir las buenas costumbres.El sometimiento inicial de Trujillo lo realiza el Alcalde de San José de Los Llanos Georgilio Mella Frías (a) Guillo, sometiéndolo a la instancia del gobernador de San Pedro de Macorís, Rafael Sánchez González, quien retrasó el sometimiento por cierto tiempo. Trujillo fue sometido a la acción de la justicia militar por el Capitán Omar T. Pheiffer (U.S.Marine Corps.), previa investigación, quien llegó a calificar a Trujillo en sus memorias como «un ladrón», acusándolo de «estafar a los campesinos dominicanos».[6]

La causa contra el teniente Rafael L. Trujillo Molina se inició en 23 de enero de 1920 y se prolongó hasta el 4 de marzo de 1920, y llegaron a presentarse 15 testigos de descargo -incluyendo seis de la Guardia Nacional, entre los cuales se hallaban los señores: sargento Manuel de Jesús Checo, teniente Leovigildo Alcántara (a) Alcantarita, y el señor Miguel Ángel Paulino, quien integrado luego a la Policía Nacional Dominicana, y más tarde al ejército trujillista, llegó a ser el jefe de la banda terrorista conocida como «La 42», y quien durante la ocupación fue un reconocido espía al servicio del cuerpo de Infantería de Marina de Estados Unidos, vinculado al boricua Mariano Rocafort y a Trujillo, y fue además, un reconocido proxeneta. Posteriormente fue vinculado al espionaje alemán, y se le llegó a considerar un agente de la inteligencia Nazi.
Los testigos a cargo fueron: el capitán O. T. Pfeiffer (U.S. Marine Corps), José Núñez, Rafael Durán, los hermanos Carlitos y Esteban Alduey, Gerónimo Valdez, José Caba Sánchez, Francisco Mercedes, Juana Guzmán e Isabel Guzmán, la agraviada.
Isabel Guzmán era hija natural de José Núñez. La niña y sus padres decidieron refugiarse en la casa de su hermana Fermina Guzmán , a su vez esposa del guerrillero Olivorio Carela, lugar en donde se hallaba la noche de su captura por la Guardia Nacional. Un día de julio de 1919 Trujillo penetró en la casa de Fermina Guzmán buscando a su esposo, el guerrillero mencionado. Captura y amarra al padre de Isabel, llevándose consigo a las mujeres: a Isabel, a su hermana Fermina, y a su madre, con otros detenidos fueron encerrados en la iglesia de la comunidad de San José de los Llanos; engañada por Trujillo la hizo subir al campanario del templo católico, estuprándola en la torre del mismo, sin respetar el sagrado recinto.En horas de la tarde del día de la violación la niña, los testigos de cargo la vieron descender las escaleras ensangrentada, y luego, durante la noche, entre la 8:00 ó 9:00 P.M., Trujillo la obligó a sostener relaciones con él en plena calle, obligándola luego a dormir a su lado en una choza de Los Llanos, bajo la amenaza de que sino lo satisfacía mataría a sus familiares detenidos. En sus declaraciones Isabel dijo: «me trató como a una perra», «me cogió como a una vaca», etc…Los jueces militares norteamericanos, por cierto ,amigos de Trujillo, lo descargaron, siendo realmente culpable.
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Acusación de Extorsión contra el Teniente Trujillo en El Seibo
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Después del juicio Trujillo fue trasladado a la Oncena Compañía destacada en la ciudad de El Seibo, en donde una señora , Carmen Saldaña, calificada  en el expediente levantado como «una vieja», lo acusó de haberle robado $500 pesos tras acompañarle durante una noche. Sus días allí fueron aciagos, y consideraba que «este es el pueblo donde mas pendejadas se habla» irritado por las justificadas criticas sociales a su conducta inmoral.Trujillo, conjuntamente con Mariano Rocafort, puertorriqueño al servicio de la inteligencia de los ocupantes, había realizado varias prácticas de extorsión contra algunos campesinos, hacendados, e incluso intentaron extorsionar con amenazas de apresarlo al administrador del Ingenio Santa Fe don Emilio Malleta.

Se sabe que protegiendo juegos de azar ilícitos en las zonas cañeras cobraba altas sumas de dinero, hasta 350 dólares mensuales, lo cual le produjo ganancias ascendentes a más de US$ 18,000.00.Amistad profunda y amor filial: el techo de Watson para Trujillo ,Asignado Trujillo en Hato Mayor del Rey, desde agosto de 1920 se vinculó fuertemente al oficial de los Marine Corps Thomas Eugene Watson (a) Tommy, quien -según informa el mismo Trujillo a su amigo, Mariano Rocafort (a) Roca -un espía puertorriqueño- en una misiva redactada en septiembre de 1920, en donde entre otras cosas le decía que se había mudado «y estoy de oro», agregando: «La referencia ya me mudé y estoy de oro trata sobre la invitación de Watson a que viviera bajo su techo» (En: Vega: Trujillo y las fuerzas…, 1992. P. 12), es decir, el mayor Watson mudó a Trujillo, a quien MacLean le decía «el boca sin dientes», lo que se seguro en algo le beneficiaba, por lo menos provocaba la condolencia de su superior jerárquico.
Por estar Trujillo y Watson siempre juntos, persiguiendo gavilleros, algunas veces extorsionando infelices bodegueros, cobrando la protección de los jugadores ilícitos y clandestinos, y compartiendo un mismo techo, es decir, por hacer pareja, pudo el Mayor Watson observar a Trujillo muy de cerca, y dijo en uno de sus informes que era «calmado, fuerte, equilibrado, activo, intrépido y laborioso», y consideraba que Rafael tenía «iniciativa, inteligencia y buen juicio», por lo cual, después de esta ponderada y juiciosa observación agregaba el Superior sobre su amigo de techo que era «excelente», y, no conforme con darle una puntuación de 4.0 (la mayor posible), repetía en el texto de un informe sobre su subordinado, 14 veces -quizás con un significado simbólico aunque lejos de la fecha de San Valentín- que era excelente.
Estas y otras recomendaciones de sus superiores, principalmente del mayor Thomas Eugene Watson, le valieron a Trujillo para ser aceptado en la Academia militar de Haina donde recibió instrucción durante cuatro meses a partir del 15 de agosto de 1921, mes y año en que fue creada la Academia Militar, siendo sus directores los oficiales M. Rixey Jr. y Richard M. Cutts, este último amigo intimo de Thomas Eugene Watson. En 1921 la Guardía Nacional Dominicana tenía 64 oficiales, 13 médicos y 493 alistados.Trujillo se graduó en la primera promoción, y egresado con el rango de primer teniente instructor en 22 de diciembre de 1921, el coronel Rixey le informó que: «El Comandante del Departamento Norte desea especialmente su selección, toda vez que tiene plena confianza en su habilidad».[8]
El comandante que deseaba a Trujilllo era el mayor Watson, y Trujillo siguió asignado bajo su mando, y claro, siguieron compartiendo la misma casa y el mismo techo. Watson mudó de nuevo a Trujillo, recién graduado de la Academia, esta vez en Santiago, facilitándole un ascenso: capitán (13 de octubre de 1922), y su designación como jefe de la Sexta Compañía con asiento en la ciudad de San Francisco de Macorís.
Rafael L. Trujillo Molina logró hacerse disciplinado y sistemático, cumplía las ordenes de sus superiores al extremo y con crueldad; estas cualidades unidas a la amistad con Watson le permitieron obtener varios ascensos: fue capitán a partir del 13 de octubre de 1922, cargo que ostenta hasta 1923, siendo luego Capitán Inspector Comandante del Primer Distrito Militar en el Suroeste (Azua y Barahona); en marzo de 1924 desempeñaba estas funciones en el Departamento Norte con sede en Santiago, y cuando se produce la salida de los norteamericanos el 12 de julio de 1924 ya era Mayor comandante de la Policía Nacional

(desde el 6 de marzo de 1924), y había estado destacado en el Norte (Santiago y San Francisco de Macorís), en el Suroeste (Barahona), y en el Sureste.
En apenas una década desde que ingresó a la Guardia Nacional lograría alzarse con el poder del Estado.Un poco antes de la desocupación de los Norteamericanos en 1924 -por medio de plan Hughes-Peynado-, en la Policía Nacional Dominicana los oficiales superiores de Trujillo eran los señores:
1. Coronel Buenaventura Cabral y Báez
2. Teniente coronel Jesús García
3. Mayor Manuel Aybar hijo
4. Mayor César Lora (murió trágicamente en febrero de 1924).
5. Capitán Rafael Trujillo, seguido por 16 capitanes.
El entrenamiento que recibió Rafael Trujillo en la Academia Militar de Haina le permitió convertirse, primero en oficial instructor, luego en oficial superior, y finalmente en jefe de la Policía Nacional tras la salida de los norteamericanos. Por medio de la Orden Ejecutiva Número 631 de fecha 2 de junio de 1921 la «Guardia Nacional Dominicana» fue designada con el nuevo nombre de «Policía Nacional Dominicana» (P. N. D.), con estas nuevas siglas, los Marines que hablaban castellano la denominaban con intención de burla y de discriminación racial: «Pobres Negritos Dominicanos».
Trujillo fue designado Jefe de este cuerpo del orden público, la Policía Nacional, por el gobierno del Presidente general Horacio Vásquez quien llegó al poder en julio de 1924 con el apoyo de Federico Velázquez Hernández, su compañero de boleta en la candidatura a la Vicepresidencia apoyados ambos por los partidos Nacional y Progresista.
Cuando Horacio Vásquez se juramentó Presidente Trujillo era Mayor comandante; siendo promovido a Teniente coronel, Jefe de Estado Mayor, el 6 de diciembre de 1924, ocupando a principios de 1925 la tercera posición en el escalafón de ese cuerpo:
1. Coronel comandante Buenaventura Cabral y Báez.
2. Teniente coronel Jesús García.
3. Teniente coronel Rafael Trujillo ascendido por Horacio Vásquez.
El ascenso de Trujillo a la jefatura de la Policía NacionalTras la desocupación, Trujillo ocupó la jefatura de la vieja Guardia Nacional, conocida como Policía Nacional Dominicana a partir de 1921, debido a los ascensos y a la designación en su favor que el fueron dados por el Presidente general don Horacio Vásquez, al encanto que producía Trujillo sobre Vásquez se unían las recomendaciones en su favor de los oficiales comandantes norteamericanos: Rixey, Richard M. Cutts, y BrecKinridge; y de sus amigos: Charles MacLaughlin, y Thomas Watson.
Incluso, se sabe que durante el periodo de formación del gobierno de Vicini Burgos, y posteriormente, tanto el coronel Richard M. Cutts como el mayor Thomas Watson favorecieron a Trujillo para que alcanzara la jefatura de la Policía Nacional Dominicana. 
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 ELIMINACIÓN DEL MAYOR CESAR LORA
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También Trujillo supo eliminar opositores en el escalafón: Primero, actuó contra el mayor César Lora, quien murió trágicamente en febrero de 1924, él era el heredero a la jefatura de la Policía y Trujillo lo sabía, el homicida de Lora fue un teniente del mismo cuerpo que previamente recibió una carta anónima con información sobre una supuesta relación de Lora con su esposa; impulsado por los celos el teniente actuó, pero, ¿quién fue el autor de la carta? por lo visto el único interesado era Trujillo para lograr obtener su ascenso a Mayor, siendo nombrado luego Teniente coronel en diciembre de 1924; luego actuó contra el Capitán Ramón Saviñón, quien fue engañado por Rafael Trujillo haciéndole creer que había sido designado en la jefatura de la Policía, invitándole a celebrar el supuesto nombramiento, emborrachándolo terriblemente, y haciéndole pasearse luego, sumamente ebrio y fuera de control, por varios sitios céntricos de la capital, según explicaciones de Victor M. Medina Benet; finalmente le tocó afectar al coronel Buenaventura Cabral y Báez. Aprovechando sus dotes de falsificador, escribió una carta dirigida al Vicepresidente don Federico Velázquez Hernández, por medio de la cual el supuesto firmante, el coronel Cabral y Báez, le hacía una invitación para hacer una revolución contra Vásquez, y darle un golpe de estado que llevara a Velázquez a la presidencia de la República. Esto le costó a Cabral su cargo, siendo Trujillo designado en su lugar, como Coronel comandante de la Policía Nacional desde el 22 de junio de 1925, habiendo sido antes Jefe de Estado Mayor y Comandante auxiliar del cuerpo armado con el rango de Teniente Coronel desde el 6 de diciembre de 1924.

 Estas acciones eran sólo el inicio de otras aún más terribles que azotarían el pueblo dominicano por más de 30 años.
 
 
Por; Arq.Raifi Genao
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 

 

 

REFERENCIAS:
[1] Lasalle, 2000, P. 32.
[2] Ver: Vega Pagan, Ernesto: Historia de las Fuerzas Armadas. Ciudad Trujillo, Colección Trujillo No. 17, La Impresión Dominicana, , 1955, Tomo II, o, Vega, Bernardo (Editor): Trujillo ante una corte marcial por violación y extorsión en 1920, Fundación Cultural Dominicana, Santo Domingo, 1995.
[3] Vega, Bernardo: Trujillo y las fuerzas armadas norteamericanas, Santo Domingo, Fundación Cultural Dominicana, 1992, P. 3.
[4] Foner, Philip S.: La guerra hispano-cubano-americana y el nacimiento del imperialismo norteamericano, 2 tomos, Madrid, Akal Editor, 1975, I, PP. 156-157.
[5] Juan B. Soto: Causas y consecuencias, antecedentes diplomáticos de la Guerra Hispanoamericana, PP. 11-13.
[6] Vega, Bernardo: Trujillo ante una corte marcial por violación y extorsión en 1920, Fundación Cultural Dominicana, Santo Domingo, 1995, P. 23, quien se fundamenta en la obra de: Pheiffer, Mayor General Omar T.: Historia oral (manuscritos), 1974. History and Museuns Division. US Marine Corps, Washinton, D.C.
[7] Carta de Rafael Trujillo, El Seibo, 4 de marzo de 1921 a Mariano Rocafort, en: Vega: Trujillo y las fuerzas armadas norteamericanas, P. 39.
[8] B Vega: Trujillo y las fuerzas armadas norteamericanas, 1992, P. 20).
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 

 


 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

La última noche de su vida se mostró deprimido, había fracasado en los últimos negocios y dijo entre tragos que no quería llegar a viejo.


Durante su vida, Porfirio Rubirosa jugó polo, piloteó bombarderos B-25, corrió ferraris en Le Mans, y buscó tesoros perdidos en el Caribe. Pero fue su éxito con el  sexo que lo convirtió en una leyenda. Sus conquistas incluyeron a Eva Perón, Ava Gardner, Jayne Mansfield, Veronica Lake y Dolores del Río. La cuenta final nunca se sabrá. Un amigo confirma que Rubi, quien se casó con las dos mujeres más ricas del mundo una detrás de la otra, Doris Duke y Barbara Hutton, durmió con «miles de mujeres» mientras vivía en París en los 50 y 60. El columnista Taki Theodoracopulos recuerda que cuando se emborrachaba, Rubi tomaba una guitarra y cantaba «Soy sólo un chulo».

La galantería de Rubirosa era sinigual. Cuando estaba cerca, un cigarrillo sin encender nunca tocaba la boca de una mujer. «Si estaba hablando con un señora de 80 años o con una niña de 4, la mujer más bella del mundo podía pasar frente a él y no la miraría», dice su amiga Mildred Ricart, cuyo esposo, Jaime, estuvo en el servicio diplomático con Rubirosa. «El hacía que cada mujer se sintiera que era la más importante del mundo. Hay muchos hombres que son excelentes en la cama, pero que no puedes ir a cenar con ellos».

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Pero el encanto de Rubirosa tenía mucho que ver con ambas cosas. En el aspecto sexual ganó el apodo de «siempre listo». Cuando a Truman Capote le preguntaron que comparara el miembro de Rubirosa con los zapatos número 11 usados por el escritor, reconoció que por lo que contaban las mujeres que habían estado con él los zapatos de seguro que  eran más pequeños.

El hecho de que fuera estéril no afectó a Rubirosa. Al contrario, esto hizo que las mujeres saltaran a su cama. Evidentemente, también dominaba los puntos delicados de la técnica de la seducción sexual.

Rubirosa era bajito, como 5 piés 9 pulgadas y delgado. Aunque no poseía la belleza de un ídolo de matinee, «exudaba una sensación de romance y aventura», y era latino. Una testigo recuerda que «hasta en una casa elegante (como la de Zsa Zsa Gabor) todavía prefería comer nada más que un gran plato de arroz y frijoles». Aunque no nació rico, nunca tuvo un empleo a tiempo completo. «La mayoría de los hombres ambicionan ahorrar dinero», dijo una vez Rubirosa. «La mía es gastarlo».

Julia Álvarez afirma que el auge y la caída de Rubirosa estuvo inexorablemente ligada a la del generalísimo Trujillo.

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SU VIDA.

Porfirio Rubirosa nació en una familia de clase media en República Dominicana, en 1909. Su padre fue designado consejero en la embajada en París en 1920 y se llevó a su hijo con él. Cuando debió regresar a casa, en 1923, una familia chilena rica encontró a Rubi tan encantador que le pidieron a su padre que le permitiera permanecer con ellos en París para continuar su educación. Rubi regresó a la RD a los 17 años y se enganchó al ejército, en cuyos rangos avanzó rápidamente llegando a ser capitán a los 20 años, así como capitán del equipo de polo. Rubi no tenía dinero propio en este momento. Durante los fines de semana, organizaba veladas de boxeo cerca del parque de Santo Domingo, cobrando dos centavos de entrada.

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Durante un juego de polo en 1932, Trujillo observó al joven capitán Rubirosa. En sus memorias, escritas durante los años 60 y nunca terminadas, recuerda que Trujillo le preguntó: «Qué usted está haciendo. Le dije que estaba estudiando para abogado, pero Trujillo me pidió que, en vez, pasara a la guardia presidencial. Pensaba que estaba hecho para el uniforme, lo que me gustaba, porque sabía que las mujeres eran atraídas por el uniforme».

FLOR DE ORO TRUJILLO

Una de sus primeras asignaciones fue recoger en el aeropuerto, a Flor de Oro, la hija de 17 años de Trujillo, que estaba regresando al país luego de estudiar en Francia. Rubi conversó con ella en francés y la joven quedó prendada. Flor de Oro lo invitó a un baile en el Palacio Presidencial y esa noche bailaron cada tonada. Esto no era correcto en sociedad y suicida tratándose de la hija de Trujillo, quien se molestó bastante por la falta de etiqueta de su hija y degradó a Rubirosa que corrió a esconderse a la plantación de café de su familia. Pero luego de ocho días, Rubi se impacientó. «Es uno de mis principios fundamentales: prefiero arriesgarlo todo que aburrirme».

Flor de Oro le envió un mensaje para que se comunicaran por teléfono. En la conversación, Flor de Oro le dijo que le había pedido a su padre que le permitiera casarse. Rubi aceptó seguido.

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Antes de morir en 1975, Flor de Oro le grabó una cinta a su amiga Maritza Quiñones contándole su vida. Esta es la descripción de la noche de bodas: «Fuimos llevados a un bungalow en los terrenos del palacio. Todavía llevaba puesto mi traje de bodas para que mi madre (que no fue invitada a la boda) pudiera verme con él antes de perder mi virginidad… Él me llevó al lecho nupcial. estaba asustada con esa cosa apuntándome… Me asusté y corrí por toda la casa». Flor de Oro dijo que le duró una semana recuperarse de esa noche.

Al despacharlo como diplomático a Berlín, Trujillo dijo «es un excelente diplomático porque las mujeres lo adoran y es un mentiroso».

De Berlín, Rubirosa y su esposa fueron trasladados a París en 1937, donde comenzó a parrandear como loco. Pronto, Flor de Oro regresó al país. Ella cuenta que «salía todas las noches y volvía al amanecer cubierto de pintalabios. Estaba tan celosa, y cuando le preguntaba dónde había estado, me pegaba». Después de castigarla por casarse con un playboy, Trujillo autorizó el divorcio y Flor de Oro procedió a casarse ocho veces más.

LOS NEGOCIOS.

Por un año, Rubirosa no pudo regresar al país porque Trujillo lo hubiese asesinado y sin Flor de Oro para financiarlo, comenzó a venderle visas a judíos deseosos de escapar de Europa. También utilizó su pasaporte diplomático para contrabandear cosas.

Un día, sin esperarlo, Trujillo le telefoneó como si nada hubiese pasado, informándole que su esposa y su hijo de 10 años, Ramfis, viajarían a París y necesitaban un guía. Rubirosa probó ser un guía tan excepcional que el propio Trujillo viajó al mes siguiente a conocer a París.

Rubirosa escribiría: «Trujillo quería que le mostrara los más elegantes lugares en París… Lo llevé al restaurante en la torre Eiffel y había una mujer tan bella vendiendo postales que Trujillo tuvo sexo con ella en la misma torre. Un mes más tarde, fui designado Agregado Comercial en Francia».

SUS MATRIMONIOS.

Después de pasar unos meses prisionero del gobierno de Vichy, donde a su mejor estilo dijo que utilizó ese tiempo para perfeccionar su slalom, se casó con la estrella de cine Danielle Darrieux, de 23 años, la actriz mejor pagada de Francia.

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En una entrevista a la Darrieux, Rubi conoció a Doris Duke, heredera de la fortuna del tabaco calculada en US$100 millones. Un amigo de Rubirosa, Gerard Bonnet, dice que la Duke le envió un telegrama a Rubirosa luego de ese encuentro que decía: «Cuando termines con Danielle, llámame y vendré». «Rubi debe haberla motivado, dice, porque la Duke envió otro telegrama que decía: «Voy en seguida».

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Rubirosa y la Duke se casaron en septiembre de 1947 en la embajada dominicana en París y Trujillo, impresionado, le ofreció la embajada en Buenos Aires. Pero la Duke no quería vivir en Latinoamérica y Rubi seguía en sus andadas. La copa se rebosó cuando ella lo pescó con Flor de Oro. El matrimonio duró menos de dos años.

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Rubi volvió a París y a las fiestas y al sexo desenfrenado, pasando por Zsa Zsa Gabor, entre otras, hasta que conoció a una desmejorada Barbara Hutton, nieta de F. W. Woolworth, otra de las mujeres más ricas del mundo. Ambos se casaron en el consulado dominicano en Nueva York. La Hutton lo obsequió pródigamente pero estaba enferma y Rubi no se iba a quedar encerrado en una casa. El matrimonio duró 53 días y Rubi volvió donde la Gabor.

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Rubi retornó a París en 1956 y allí conoció a Odile Rodin, aspirante a actriz de 17 años. Rubi se enamoró perdidamente de ella. Se casaron en octubre de 1956, luego de Rubi bailar un bolero con la madre que se oponía y a pesar de los 31 años de diferencia, fueron felices.

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En 1957, Trujillo nombró a Rubirosa embajador en Cuba. «Batista quedó impresionado con Rubirosa, dice Rosemberg. Él estaba fascinado con Trujillo y cuestionó a Rubi por horas interminables sobre cómo Trujillo había permanecido en el poder por tanto tiempo». Pero la caída de Batista cogió por sorpresa a Rubirosa: «Trujillo estaba lívido con él por no avisarle que Batista se iba a presentar a su puerta sin permiso», recuerda Rodin. Rubirosa se mudó a Florida y su única preocupación en ese momento era cómo sacar sus caballos de polo de Cuba.

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Trujillo entonces lo designó en Bélgica, pero los días del caudillo estaban contados y tenía dificultades económicas. Obligó a Rubirosa a venderle su plantación de café a precio vil, a lo cual no podía oponerse Rubirosa con el hombre que había sido tremendamente generoso con él y poco tiempo después murió asesinado.

Tres meses después de la muerte de Trujillo, Rubirosa estaba tratando de convencer al presidente Kennedy de que ayudara al régimen de Ramfis Trujillo-Joaquín Balaguer. «Rubi… le habló y habló a Kennedy», dice Gunther Sachs, del grupo de la Riviera. «Pero cuando regresó a Santo Domingo a reportar sus conversaciones, el cabrón (Ramfis) abandonó el país con un barco lleno de billetes y se fue a España. Rubi nunca le volvió a hablar». Rubirosa dijo luego que Ramfis lo había traicionado.

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Balaguer terminó la carrera diplomática de Rubirosa que se quedó sin empleo a los 53 años y con el prospecto de vivir como pobre.

EL FIN

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Los Rubirosa vendieron la casa en París y se mudaron a una villa en las afueras que no tenía habitación para huéspedes. Sus amigos pensaban que había perdido parte de su vitalidad y que estaba deprimido. Decían, además que pensaba volver a su vida de gigoló. Trató de escribir sus memorias pero nunca las terminó. Intentó entrar en varios negocios, incluyendo la venta de «pegapalo», pero nada funcionó.

Tres meses  después  de un  crucero  con  el  naviero  Stavros Niarcho, en mayo de 1965, el equipo  de  polo  de  Rubirosa  ganó la Copa  de Francia. Hubo una celebración en grande y Rubirosa, como era su  costumbre siempre tenía un chofer contratado para que lo llevaran a casa  cuando  iba a tomar  mucho, sin  embargo  esa  noche  andaba  sólo,  por  eso algunos amigos  piensan  todavía  que  fue  un suicidio  pues esa noche final habló además de que no quería  llegar a  viejo porque  le aterraba,  y  mientras  más  tomaba  lucía  más  deprimido, a pesar de todas las previsiones que se tomaron por su seguridad, a las 7 de la mañana, tomó las llaves de su Ferrari descapotable y enfiló por la avenida de los bosques de Boulogne.

El choque ocurrió alrededor de las 8 de la mañana. Una de las teorías del suicidio se debe a que un conductor , Philippe Garné que venía detrás de él y presenció el choque contra el árbol dice que Ruborosa giró de golpe, como si quisiera él mismo estrellar el auto contra el árbol, así ocurrió .El funeral se llevó a cabo en la casa. Unos 250 dolientes asistieron a la ceremonia incluyendo dos miembros del clan Kennedy. Su esposa Odile se casó más tarde y ahora vive en New England, Estados Unidos, muy lejos de su antigua vida.

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El legado de Rubirosa todavía vive en París. Cuando un cliente solicita a un mozo el molino gigante de pimienta, todavía dice «mozo, présteme el Rubirosa».

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por: Arq.Raifi Genao

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En el manicomio, a las cinco de la mañana uno de los barrenderos gritó «Se murió Brito, ya salimos de ese loco».»

Su verdadero nombre era Eleuterio Aragonez, nació en Puerto Plata, en 1906. Oficialmente se conoce su fecha de nacimiento como el 22 de enero, aunque existen dudas sobre la exactitud del dato.

Brito tuvo una niñez pobre. Trabajó como limpiabotas, dulcero, aprendiz de boxeador, etc. Pero a medida que su voz se revelaba extraordinaria, su vida fue tomando otros rumbos.

Su mundo limitado de serenatas y canciones entre amigos, se ensanchó rápidamente desde que en 1926 se puso bajo la protección artística del maestro Julio Alberto Hernández.

En 1927, en un banquete ofrecido al doctor José Dolores Alfonseca y el licenciado Abigail Montás, se dio a conocer a la prensa capitaleña. Participó con un programa a base de canciones y trozos de operetas. La reseña del «Listín Diario» dice: «Ignorábamos que existiese en Santo Domingo un cantante de sus condiciones. Y lo más extraordinario del caso es que no posee ninguna cultural musical. En él, todo es instintivo, espontáneo, innato. Ha sido una verdadera revelación.»

Para entonces Brito había cantado desde Santiago y en casi todo El Cibao, San Pedro de Macorís y la capital. Y se pedía una beca, que nunca se consiguió, para que «el joven barítono» pudiese ir a Italia a estudiar. En 1928 conoció a la vedette Rosa Elena Bobadilla, que habría de convertirse en su esposa y compañera inseparable. La boda se celebró el 3 de noviembre de ese año y a los pocos días ambos se presentaron en Haití con un cuadro artístico al que denominaron «Los Internacionales». Este grupo, integrado por seis personas, se disgregó en Curazao, segunda etapa de la gira artística internacional iniciada en Haití. Eduardo y Rosa Elena Brito quedaron solos y se unieron a la compañía cubana de Margot Rodríguez, con la que se presentaron en Puerto Rico. Luego regresaron a Santo Domingo.

En 1929, el «Grupo Dominicano», en el que figuraban, además de Brito, Bienvenido Troncoso, Chita Jimenez y Enrique García, viajó a Nueva York para grabar unos discos que a partir de 1930 tuvieron mucho éxito. Cuando los demás integrantes del grupo regresaron a Santo Domingo, Brito se quedó en Nueva York y siguió grabando para RCA Victor con la orquesta de Vigil y Robles.

Actuó en el salón imperial del Wardof Astoria y trabajó en compañía de su esposa en los circuitos del teatro RKO y Lowe State. Además, los esposos Brito fueron atracción en «El Chico», junto a los bailarines Antonio y Catalina Cansino, padres de la que sería la gran estrella cinematográfica Rita Hayworth.

Dorothy Caruso, viuda del inmortal Enrico Caruso, en una entrevista privada tuvo la ocasión de oír cantar a Brito y quedó cautivada con la voz de éste. Brito estudió con el maestro Serafini, quien lo instó a que renunciara al canto popular y se consagrara al estudio de la técnica vocal, música, idiomas, etc. Pero Brito no podía entregarse al estudio debido a las obligaciones familiares que había contraído. Las dotes naturales de Brito le permitieron usar una extensa tesitura de barítono, que a veces alcanzaba la altura de tenor.

En 1932, Brito formó parte, como una de las figuras estelares, de una compañía creada por Eliseo Grenet para debutar en España. Junto al barítono dominicano, estaban también su esposa Rosa Elena, Mapy y Fernando Cortés y otras estrellas. En el Teatro Nuevo de Barcelona, Brito alcanzó ovaciones reservadas sólo a los grandes elegidos, al interpretar «La Virgen Morena», de Riancho y Grenet. Éste fue sólo el inicio de una exitosa carrera artística en la Madre Patria. Luego el gran público en Madrid, Valencia, Zaragoza, Islas Canarias, etc., le premiaría con sus aplausos.

«La Virgen Morena – dice una crítica del Teatro Principal Palace – alcanzó un éxito rotundo. Eduardo Brito tuvo una noche feliz, desempeñando su papel de modo irreprochable, como actor y como cantante, viéndose obligado a repetir la romanza del primer acto, y otros números del segundo acto, entre atronadores aplausos.»

Igual que con «La Virgen Morena», Brito alcanzó grandes éxitos en España con «Katiuska», «Luisa Fernanda», «La del Soto del Parral», «El Cantar del Arriero», «La del Manojo de Rosas», «El Asombro de Damasco», y sobre todo con «Los Gavilanes».

Eduardo Brito se vio perseguido por las guerras: primero fue la guerra civil española y luego la Segunda Guerra Mundial. Junto a su esposa y su cuñada Kuki Bobadilla, se embarcó en Amberes rumbo a la patria. Llegaron al país el 23 de julio de 1937.

El próximo viaje sería a Puerto Rico, la plaza donde más cariño se le demostró siempre. De allí pasaron a Nueva York, donde se presentaron en el Roxy, Radio City y otros establecimientos.

De Nueva York pasó a Cuba, donde cantó en la CMQ y en el Teatro Nacional. Su interpretación de «Marina», junto al tenor español Hipólito Lázaro, fue muy celebrada en La Habana.

De vuelta en Santo Domingo inició una gira suspiciada por el empresario dominicano Mario Ginebra. En Venezuela y Colombia realizó una temporada de zarzuelas con el maestro Carretero («Los Gavilanes», «Luisa Fernanda», etc.). En la misma compañía figuraba el joven barítono Carlos Ramírez, quien quedó notablemente impresionado por la voz del dominicano.

Tras una brillante presentación en Panamá, vino a Santo Domingo para bautizar su primer hijo.

Se dirigió más tarde a Puerto Rico y con su esposa y sus dos niños volvió a Nueva York. En la clínica Mayo le fué diagnosticada Sífilis avansada lo que le trajo  como consecuencia la fatídica enfermedad mental que acabaría con la fulgurante carrera de Brito, quien se reintegró a la patria, pero ya no era el mismo hombre.

Todavía se presentó en varios teatros y en «La Voz del Yuma», pero ya no podía cumplir con sus contratos: su voz se extinguía y hablaba sin coordinación. Terminó sus días en el manicomio. Julio González Herrera, en su libro «Cosas de Locos», describe así las últimas horas de Brito: «A las dos de la mañana, alguien oyó el susurro turbio y melancólico de una voz que parecía salir de una caverna.»

¡Virgen de la Altagracia! Y a continuación, una serie de palabras disparatadas dichas en un inconsciente balbuceo.

A las cinco de la mañana, uno de los barrenderos gritó de voz en cuello: «Se murió Brito, ya salimos de ese «loco».»

Era la madrugada del 5 de enero de 1946. Fue un día lluvioso; en la noche, Tan sólo 32 personas presenciarion su entierro.

por: Raifi Genao

 

tomado de :Enciclopedia Dominicana

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 Se presentó delante de Santo Domingo con 20 barcos y 8.000 hombres. Nada pudieron hacer los españoles por defenderse con 500 arcabuceros, cien soldados de caballería y una escasa milicia nativa, aquel
pirata bajito, tormentoso y malencarado -debido a una cicatriz que le causó una flecha en sus años de negrero en Africa- tomó la ciudad con cierta facilidad. . Colocó su cuartel general en la catedral, después de destrozarla y saquear los altares, imágenes y lápidas en busca de todo lo que brillara, mientras los detenidos se amontonaban en la cripta. Un marinero inglés describió esta escena: «Quemamos todas la imágenes de madera. Destruimos todo lo que existía en el interior de las iglesias y encontramos muchas vajillas, monedas y perlas escondidas». Ordenó que en el cementerio, situado en la actual plaza de los Curas, fueran removidas las tumbas por si algunas ocultaban objetos de valor. En la cercana Casa del Cordón instaló una balanza para pesar la cantidad exacta de oro y joyas que cada ciudadano debía entregar hasta completar la cantidad de 25.000 ducados. Este era el precio que él había exigido -a todas luces imposible de pagar- para no arrasar la ciudad y matar a sus habitantes. Las guías y libros anglófonos narran que fueron colgados o pasados por las armas «algunos oficiales españoles». No hablan de los numerosos muertos causados en la población civil -entre ellos, Francisco Tostado, primer profesor nativo de la universidad dominicana- y olvidan la crueldad de Drake incluso con sus propios hombres. Si alguien de su tripulación robaba o escondía la más mínima parte del botín, le cortaba una mano; si mataba, se le ataba junto al muerto y ambos eran arrojados al mar; si era sospechoso de rebeldía, se le cortaban brazos y pies, se le untaba la cabeza con miel y se le dejaba en una playa abandonada. Esa era su ley. La lista de edificios monumentales que resultaron dañados o destruidos es extensa: entre otros, el hospital San Nicolás de Bari, fundado en 1503 gracias a una española piadosa que asistía a los enfermos en su propio bohío; el convento de los Dominicos, con representaciones de dioses paganos similares a los de Medina de Rioseco y la Universidad de Salamanca; el monasterio de San Francisco de Asís, levantado en 1508; las Casas Reales, formadas por el palacio de los Gobernadores y la Real Audiencia; y templos como los de Santa Bárbara, Regina Angelorum, Nuestra Señora del Carmen, de las Mercedes, Santa Clara o la ermita de San Miguel; en resumen: todas las iglesias… Drake no derribó los quince fuertes que rodean la ciudad, tal vez por si algún día debía protegerse en ellos.

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Por: Arq. Raifi Genao

 

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PREFIRIÓ MORIR ANTES QUE DELATAR A SUS COMPAÑEROS TRINITARIOS, AQUÍ TE REGALAMOS LA HISTORIA Y UN VIDEO DE COMO PUDO SER SU FUSILAMIENTO…CHEQUEALO !!!!!

Definitivamente una de las mujeres más relevantes en la lucha independentista, Hija de Fernando Raymundo Sánchez y de Isidoro Ramona, era Tía del Padre de la Patria, Francisco del Rosario Sánchez , nació el 16 de Junio de 1794, en ese mismo mes de Junio , el día 30, fue bautizada por el plebístero Dr Agustín madrigal, Teniente-Cura de la catedral siendo su padrino José de Echalas y los testigos Pedro Oviedo y Dionisio Soto. Su madre, Isidoro, era una mujer bastante instruida para la época y fue quien inició en los estudios elementales a ella y su sobrino, Francisco del Rosario Sánchez, esta base académica les permitió a ambos comprender mejor las necesidades  independentistas y el camino a tomar para alcanzarla. 

Participó activamente la noche del 27 de febrero de 1844 y estuvo presente en el baluarte del Conde al momento del trabucazo, José María Serra la describió diciendo  ¨En su propia falda conducía pólvora para los patriotas de la noche épica¨ Su fervor por la causa nacional la llevó a participar activamente en todos los movimientos independentistas que surgían constantemente en el país contra los grupos anexionistas llegando incluso a participar en un complot para derrocar al General Pedro Santana. Su Casa fue el punto secreto de las reuniones conspirativas, confeccionó de forma clandestina la primera bandera dominicana con la ayuda de algunas compañeras febreristas, entre ellas Concepción Bona ,María de Jesús Piña e Isabel Sosa, pero mas tarde el crecimiento acelerado de este grupo permitió que se infiltraran delatores que respondían a los anexionistas, quienes informaron con lujo de detalles las intenciones de este grupo al propio General Santana, Maria Trinidad fue una de las primeras apresadas del grupo y se ordenó un juicio manipulado desde las esferas del poder con el fin de presionar al grupo apresado y obligarlos a delatar la ubicación de sus compañeros de planes conspirativos, su negativa tajante a cooperar en el juicio sorprendió al poco público que pudo presenciar la forma valiente con que esta valiosa mujer, sin inmutarse siquiera, escuchó pacientemente el veredicto del tribunal presionado y manipulado por el General Santana que la condenaba a muerte junto a Nicolás de Barias, José del carmen Figueroa y Andrés Sanchez (Hermano de francisco Del Rosario Sánchez),se les ofreció conmutar la pena y salvar sus vidas si delataban a sus compañeros, pero este grupo de   patriotas poco mencionados por la historia ,prefirieron dar su vida por la causa independentista ,que traicionar a sus compañeros de ideales. 

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José C. Novas en su interesante intervención en New York Con motivo a la feria del Libro (2007)y sobre Maria Trinidad Sánchez dice en una parte:  .

¨La composición racial era factor de clasificación social y Maria Trinidad Sánchez en su aspecto físico lucia negra; de haberse concretado la idea de Santana, es posible que entonces la mayoría de los ciudadanos que integraban la nación fueran colocados en las capas bajas de la sociedad y un reducido grupo pasaría a vivir al estilo de las familias reales, como ocurría en ese entonces en  Europa.María Trinidad Sánchez trató de evitar eso, y para ello se abrazó en el único medio a su alcance: la conspiración; al ser descubierta la trama fue juzgada en un proceso a toda velocidad, como era el estilo de los dictadores y fue ejecutada a pesar de que las voces mas autorizadas del país pidieron clemencia por su vida. Su connotación histórica nos indica que aún está pendiente el tributo eterno, primero por los dominicanos y luego en el plano universal; esa mujer, que como Juana de Arco en Francia, Fanya Kaplan, Rosa Luxemburg, Dolores Ibárruri y Emma Goldman en Estados Unidos, todas en sus luchad tuvieron un trasfondo social y político, y exigían de transformaciones a favor de las mayorías o a cambio en el manejo de los poderes. Tomó siglos para que los franceses y el mundo reconocieran la obra de Juana de Arco y la colocaran en el pedestal que la historia le tenía reservada. ¨  .

Algunos Historiadores dominicanos ponen en duda que fuera Pedro Santana quien ordenara la ejecución de este grupo encabezado por Maria Trinidad Sánchez, pero  el hecho de saber que era Pedro Santana, no solo el General y comandante de los destinos del país sino el Hombre fuerte, incapaz de perdonar ninguna conspiración que no terminara con la expulsión del país o el paredón de fusilamiento, no nos deja dudas de su participación en esta descabellada decisión, pero lo que más señala al general Santana fué el día escogido para la ejecución, el 27 de Febrero de 1845, un año después de la proclamación de independencia, se sabe que sus abogados defensores, Juan Nepomuceno Tejera y Félix Maria Del Monte, solicitaron la conmutación de la pena al General Pedro Santana, pero este respondió, que tras consultar al alto mando del ejército la decisión era que se ejecutara la sentencia. .

EL DÍA FINAL..FRENTE AL PAREDÓN .
Ese día, una vez pasada la lluvia, los soldados de turno se apersonaron a las celdas de los sentenciados, estaban acompañados del cura de San carlos y de Sor Bicario geral  quienes les dieron el santo sacramento, no pidieron ningún deseo, caminaron estoicamente hacia el lugar elegido, desde la fortaleza Ozama hasta el cementerio donde sería fusilada, al pasar frente a la puerta del conde exclamó ¨ Dios Mío, Cúmplase en mí tu voluntad y Sálvese la República¨, al llegar al cementerio los cuatro fueron colocados uno al lado del otro, frente a ellos estaban sus verdugos, que sin perder un segundo más de tiempo ante la señal, dispararon al unísono contra aquellos patriotas cuya muerte no sirvió más que de estímulo para lograr más adelante la anhelada libertad. Años después los restos de esta noble mujer , que entregara su vida por su fidelidad a los intereses de libertad y la soberanía nacional, fueron trasladados a la capilla de los Inmortales de la Catedral Primada de América..

 


Por: Arq. Raifi Genao

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Boyá  fue  el  último  asentamiento  de  vida  indígena… y  del  último   taíno  conocido…  “Marabí

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Boyá se encuentra ubicada al nordeste de Santo Domingo, Reública Dominicana, en la ruta de acceso a la montañosa región denominado Los Haitises, seis kilómetros después de la ciudad de Monte Plata. El valor histórico y la fundación del pueblito guarda estrecha relación con el destino de los primeros pobladores o nativos de Quisqueya y, por vía de consecuencia, con la construcción de una iglesia católica que data del 1540, época en que España expandía sus dominios sobre las nuevas tierras conquistadas en el Nuevo Mundo.

La palabra Boyá es de origen taíno y guarde algún tipo de relación con la abundancia de ríos de la demarcación y con las condiciones altibajas de las tierras o pastos comuneros rodeados de montañas, donde establecieron morada definitiva los remanentes de los aborígenes de la isla La Española.

La iglesia, construida de ladrillo y adobe al estilo de los demás edificaciones y monumentos de su género levantados por los conquistadores en América, ha resistido a través de los siglos las embestidas de huracanes y terremotos. Sobre el origen del templo y las razones para su construcción en una villa de contados vecinos y relativamente lejana al asiento del gobierno español establecido en la ciudad de Santo Domingo, hay una prolífica documentación histórica que con atinada sustentación permiten asegurar que Boyá fue el último reducto de los aborígenes de isla.

El nombre Boyá comienza a aparecer en las crónicas coloniales justamente después del acuerdo de paz suscrito entre España y Enriquillo, el cual puso fin a la primera sublevación indígena de América en contra de los abusos e injusticias de los conquistadores, estado de barbarie que llegó a su máxima expresión con el sistema de encomiendas o repartos de indios que comenzó a verificarse en La Española a partir de 1511.

El armisticio efectuado en 1533 dio lugar a la aparición de Boyá como territorio para el asentamiento definitivo del último reducto de los aborígenes de Quisqueya. Empero, con el surgimiento de Boyá moría la raza indígena, un hecho que trasciende las fronteras de la isla, desborda los linderos de América y perpetúa en la cima de la universalidad histórica ese barroso terruño situado en la jurisdicción de la provincia Monte Plata.

Las Casas sostiene que el nombre de Boyá, como demarcación o paraje ya existente en la isla que los aborígenes llamaron Quisqueya, fue determinado por el propio Enriquillo para congregarse con los suyos, unos cuatro mil indígenas de un total de aproximadamente más de un millón que habitaban la isla hasta el 5 de diciembre de 1492, a raíz de la llegada de los españoles.

 

El padre Las Casas precisa que la Corona, representada en su gobierno de ultramar, que lo era la Real Audiencia de Santo Domingo, y expresa disposición en ese sentido dada por el rey Carlos V, convino con Enriquillo y los escasos indios que sobrevivieron a los catorce años de rebelión en el Bahoruco, en que éstos fueran a vivir en los predios que ellos mismos eligieran.

El historiador José Gabriel García reposta ese juicio en su Historia de Santo Domingo, al afirmar que Enriquillo se estableció en Boyá, “la comarca situada a 65 leguas de la ciudad de Santo Domingo por recomendación del padre Bartolomé de Las Casas, a quien el indio acogió como su protector”. Y sigue diciendo García en su obra señalada: “El cacique moriría dos años después, en 1535, a causa de la tuberculosis crónica que padecía, agravada en los fragores de la contienda bélica. Cabe destacar que sólo hay coincidencia entre Utrera y García en torno la fecha en que se produjo la muerte de Enriquillo.

Gonzalo Fernández de Oviedo, cronista de la Colonia establecido en México después que Hernán Cortés fuera proclamado emperador de Nueva España, en su Historia Natural de Indias escrita en 1548, recoge en sus páginas que el santuario de Boyá, en la isla de Santo Domingo, fue construido por disposición del rey Carlos V algunos años después al fallecimiento de Enriquillo “en honor a la fe católica del indio”.

Otro aspecto importante en que Galván coincide con Las Casas es el relativo a la construcción de la iglesia en Boyá. Mientras el dominico Las Casas dejó escrito para la posteridad que el rey Carlos V dio instrucciones a sus súbditos en La Española para que se respetara la integridad física de los indios y se les ofrecieran facilidades de vida, Galván asegura que por diligencia de Mencía fue posible la construcción del santuario y, sobre ese particular, precisa: “Su bella y buena consorte llegó a la ancianidad, siempre digna y decorosa, dejando cifrada su fidelidad conyugal de un modo duradero en la linda iglesia de Boyá, construida a costa de Mencía para servir de honroso sepulcro a las cenizas de Enriquillo”.

En la iglesia de Boyá está una lápida construida debajo del altar, escrita en lengua taína, donde figuran algunos nombres de indígenas que murieron en la comarca y que fueron sepultados en el templo, entre ellos la cacica Mencía, esposa de Enriquillo. No se puede asegurar, sin embargo, si los demás indios que allí recibieron cristiana sepultura fueran súbditos del cacique Enriquillo o pertenecieran a los mayas traídos a la demarcación.

En los escritos de Ulises Font ,según Baltasar González ,hijo de uno de los acompañantes de Oviedo que se quedó muchos años en la isla, los taínos autóctonos de la isla desaparecieron poco después de mediados  del siglo XVI, en una de sus partes narra la situación de esta manera:

antes de las embarcaciones con indios traídos de la península de Yucatán pude recorrer gran parte de la isla, ya no se podía ver ningún taíno , los pocos que quedaban ya se habían mezclado con esclavos o habían huido por el azote y quema de casi todo el pueblo por parte de esclavos africanos e inclusive aquellos que prefirieron huir para no unirse al cacique Enriquillo también terminaron uniéndose con otras razas con tal de sobrevivir la opresión, sólo en Boyá pude ver un pequeño grupo de cuatro que parece pudo salvarse escondiéndose por un tiempo, tres mujeres y un hombre que vivían cerca de la iglesia , de hecho aunque todavía se resistían a cambiar sus costumbres taínas, las mujeres  terminaros uniéndose con lugareños, sólo el hombre,  , Marabí siguió dignamente siendo un indio Taíno solitario hasta su penosa muerte de tuberculosis algunos años después

Este último dato es sumamente interesante y nos preguntamos si Marabí fué enterrado en la iglesia de Boyá o si existía algún lugar donde enterraban los indios , de todas formas , de comprobarse que los restos que reposan en esa lápida son de aborígenes aztecas, éstos serían los primeros aborígenes del Nuevo Mundo confinados a otra tierra distinta a la suya en cultura, lengua, costumbres y clima.

Boyá, pueblito dormido en el tiempo y el olvido, sirvió de cementerio a una raza que pagó con su vida la decorosa osadía de enfrentar hasta la muerte la barbarie y la opresión del intruso e insaciable verdugo español. 

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 por :Arq Raifi Genao

Escritos de: Tony Piña y breve reseña de Ulises Font

 

 

 

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