junio 2008


ROBO DE GANADO, ESTUPRO Y EXTORSIÓN FIGURAN ENTRE ALGUNOS DE LOS DELITOS  COMETIDOS ANTES DE 1930

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Robo de Ganado 

Una acusación contra Rafael LeónidasTrujillo y su hermano José Arismendy por robo de ganado fue realizada en el año 1914, eran tiempos difíciles y parece ser que los Trujillo estaban dispuestos a sobrevivir de cualquier manera, sin embargo ésta y otras acusaciones  no llegaron a ventilarse en los tribunales, al parecer se  lograron resolver tras bastidores pues los acusadores terminaron desistiendo de darle continuidad a la aclaración de estos hechos, sin embargo con estos acciones podemos tener en claro que en sus inicios los Trujillo tenían conductas delincuenciales que continuaron manifestándose marcadamente en otras actividades de su vida. 

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El juicio contra el teniente Rafael Trujillo en 1920

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Un juicio contra Trujillo por una Comisión Militar reunida en San Pedro de Macorís en 23 de enero de 1920, y presidida por el Teniente coronel James McE.Huey por los cargos de asalto con la intención de cometer rapto en perjuicio de la niña Isabel Guzmán de 14 años y nativa de San José de Los Llanos en San Pedro de Macorís, y por conducta escandalosa tendente a destruir las buenas costumbres.El sometimiento inicial de Trujillo lo realiza el Alcalde de San José de Los Llanos Georgilio Mella Frías (a) Guillo, sometiéndolo a la instancia del gobernador de San Pedro de Macorís, Rafael Sánchez González, quien retrasó el sometimiento por cierto tiempo. Trujillo fue sometido a la acción de la justicia militar por el Capitán Omar T. Pheiffer (U.S.Marine Corps.), previa investigación, quien llegó a calificar a Trujillo en sus memorias como «un ladrón», acusándolo de «estafar a los campesinos dominicanos».[6]

La causa contra el teniente Rafael L. Trujillo Molina se inició en 23 de enero de 1920 y se prolongó hasta el 4 de marzo de 1920, y llegaron a presentarse 15 testigos de descargo -incluyendo seis de la Guardia Nacional, entre los cuales se hallaban los señores: sargento Manuel de Jesús Checo, teniente Leovigildo Alcántara (a) Alcantarita, y el señor Miguel Ángel Paulino, quien integrado luego a la Policía Nacional Dominicana, y más tarde al ejército trujillista, llegó a ser el jefe de la banda terrorista conocida como «La 42», y quien durante la ocupación fue un reconocido espía al servicio del cuerpo de Infantería de Marina de Estados Unidos, vinculado al boricua Mariano Rocafort y a Trujillo, y fue además, un reconocido proxeneta. Posteriormente fue vinculado al espionaje alemán, y se le llegó a considerar un agente de la inteligencia Nazi.
Los testigos a cargo fueron: el capitán O. T. Pfeiffer (U.S. Marine Corps), José Núñez, Rafael Durán, los hermanos Carlitos y Esteban Alduey, Gerónimo Valdez, José Caba Sánchez, Francisco Mercedes, Juana Guzmán e Isabel Guzmán, la agraviada.
Isabel Guzmán era hija natural de José Núñez. La niña y sus padres decidieron refugiarse en la casa de su hermana Fermina Guzmán , a su vez esposa del guerrillero Olivorio Carela, lugar en donde se hallaba la noche de su captura por la Guardia Nacional. Un día de julio de 1919 Trujillo penetró en la casa de Fermina Guzmán buscando a su esposo, el guerrillero mencionado. Captura y amarra al padre de Isabel, llevándose consigo a las mujeres: a Isabel, a su hermana Fermina, y a su madre, con otros detenidos fueron encerrados en la iglesia de la comunidad de San José de los Llanos; engañada por Trujillo la hizo subir al campanario del templo católico, estuprándola en la torre del mismo, sin respetar el sagrado recinto.En horas de la tarde del día de la violación la niña, los testigos de cargo la vieron descender las escaleras ensangrentada, y luego, durante la noche, entre la 8:00 ó 9:00 P.M., Trujillo la obligó a sostener relaciones con él en plena calle, obligándola luego a dormir a su lado en una choza de Los Llanos, bajo la amenaza de que sino lo satisfacía mataría a sus familiares detenidos. En sus declaraciones Isabel dijo: «me trató como a una perra», «me cogió como a una vaca», etc…Los jueces militares norteamericanos, por cierto ,amigos de Trujillo, lo descargaron, siendo realmente culpable.
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Acusación de Extorsión contra el Teniente Trujillo en El Seibo
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Después del juicio Trujillo fue trasladado a la Oncena Compañía destacada en la ciudad de El Seibo, en donde una señora , Carmen Saldaña, calificada  en el expediente levantado como «una vieja», lo acusó de haberle robado $500 pesos tras acompañarle durante una noche. Sus días allí fueron aciagos, y consideraba que «este es el pueblo donde mas pendejadas se habla» irritado por las justificadas criticas sociales a su conducta inmoral.Trujillo, conjuntamente con Mariano Rocafort, puertorriqueño al servicio de la inteligencia de los ocupantes, había realizado varias prácticas de extorsión contra algunos campesinos, hacendados, e incluso intentaron extorsionar con amenazas de apresarlo al administrador del Ingenio Santa Fe don Emilio Malleta.

Se sabe que protegiendo juegos de azar ilícitos en las zonas cañeras cobraba altas sumas de dinero, hasta 350 dólares mensuales, lo cual le produjo ganancias ascendentes a más de US$ 18,000.00.Amistad profunda y amor filial: el techo de Watson para Trujillo ,Asignado Trujillo en Hato Mayor del Rey, desde agosto de 1920 se vinculó fuertemente al oficial de los Marine Corps Thomas Eugene Watson (a) Tommy, quien -según informa el mismo Trujillo a su amigo, Mariano Rocafort (a) Roca -un espía puertorriqueño- en una misiva redactada en septiembre de 1920, en donde entre otras cosas le decía que se había mudado «y estoy de oro», agregando: «La referencia ya me mudé y estoy de oro trata sobre la invitación de Watson a que viviera bajo su techo» (En: Vega: Trujillo y las fuerzas…, 1992. P. 12), es decir, el mayor Watson mudó a Trujillo, a quien MacLean le decía «el boca sin dientes», lo que se seguro en algo le beneficiaba, por lo menos provocaba la condolencia de su superior jerárquico.
Por estar Trujillo y Watson siempre juntos, persiguiendo gavilleros, algunas veces extorsionando infelices bodegueros, cobrando la protección de los jugadores ilícitos y clandestinos, y compartiendo un mismo techo, es decir, por hacer pareja, pudo el Mayor Watson observar a Trujillo muy de cerca, y dijo en uno de sus informes que era «calmado, fuerte, equilibrado, activo, intrépido y laborioso», y consideraba que Rafael tenía «iniciativa, inteligencia y buen juicio», por lo cual, después de esta ponderada y juiciosa observación agregaba el Superior sobre su amigo de techo que era «excelente», y, no conforme con darle una puntuación de 4.0 (la mayor posible), repetía en el texto de un informe sobre su subordinado, 14 veces -quizás con un significado simbólico aunque lejos de la fecha de San Valentín- que era excelente.
Estas y otras recomendaciones de sus superiores, principalmente del mayor Thomas Eugene Watson, le valieron a Trujillo para ser aceptado en la Academia militar de Haina donde recibió instrucción durante cuatro meses a partir del 15 de agosto de 1921, mes y año en que fue creada la Academia Militar, siendo sus directores los oficiales M. Rixey Jr. y Richard M. Cutts, este último amigo intimo de Thomas Eugene Watson. En 1921 la Guardía Nacional Dominicana tenía 64 oficiales, 13 médicos y 493 alistados.Trujillo se graduó en la primera promoción, y egresado con el rango de primer teniente instructor en 22 de diciembre de 1921, el coronel Rixey le informó que: «El Comandante del Departamento Norte desea especialmente su selección, toda vez que tiene plena confianza en su habilidad».[8]
El comandante que deseaba a Trujilllo era el mayor Watson, y Trujillo siguió asignado bajo su mando, y claro, siguieron compartiendo la misma casa y el mismo techo. Watson mudó de nuevo a Trujillo, recién graduado de la Academia, esta vez en Santiago, facilitándole un ascenso: capitán (13 de octubre de 1922), y su designación como jefe de la Sexta Compañía con asiento en la ciudad de San Francisco de Macorís.
Rafael L. Trujillo Molina logró hacerse disciplinado y sistemático, cumplía las ordenes de sus superiores al extremo y con crueldad; estas cualidades unidas a la amistad con Watson le permitieron obtener varios ascensos: fue capitán a partir del 13 de octubre de 1922, cargo que ostenta hasta 1923, siendo luego Capitán Inspector Comandante del Primer Distrito Militar en el Suroeste (Azua y Barahona); en marzo de 1924 desempeñaba estas funciones en el Departamento Norte con sede en Santiago, y cuando se produce la salida de los norteamericanos el 12 de julio de 1924 ya era Mayor comandante de la Policía Nacional

(desde el 6 de marzo de 1924), y había estado destacado en el Norte (Santiago y San Francisco de Macorís), en el Suroeste (Barahona), y en el Sureste.
En apenas una década desde que ingresó a la Guardia Nacional lograría alzarse con el poder del Estado.Un poco antes de la desocupación de los Norteamericanos en 1924 -por medio de plan Hughes-Peynado-, en la Policía Nacional Dominicana los oficiales superiores de Trujillo eran los señores:
1. Coronel Buenaventura Cabral y Báez
2. Teniente coronel Jesús García
3. Mayor Manuel Aybar hijo
4. Mayor César Lora (murió trágicamente en febrero de 1924).
5. Capitán Rafael Trujillo, seguido por 16 capitanes.
El entrenamiento que recibió Rafael Trujillo en la Academia Militar de Haina le permitió convertirse, primero en oficial instructor, luego en oficial superior, y finalmente en jefe de la Policía Nacional tras la salida de los norteamericanos. Por medio de la Orden Ejecutiva Número 631 de fecha 2 de junio de 1921 la «Guardia Nacional Dominicana» fue designada con el nuevo nombre de «Policía Nacional Dominicana» (P. N. D.), con estas nuevas siglas, los Marines que hablaban castellano la denominaban con intención de burla y de discriminación racial: «Pobres Negritos Dominicanos».
Trujillo fue designado Jefe de este cuerpo del orden público, la Policía Nacional, por el gobierno del Presidente general Horacio Vásquez quien llegó al poder en julio de 1924 con el apoyo de Federico Velázquez Hernández, su compañero de boleta en la candidatura a la Vicepresidencia apoyados ambos por los partidos Nacional y Progresista.
Cuando Horacio Vásquez se juramentó Presidente Trujillo era Mayor comandante; siendo promovido a Teniente coronel, Jefe de Estado Mayor, el 6 de diciembre de 1924, ocupando a principios de 1925 la tercera posición en el escalafón de ese cuerpo:
1. Coronel comandante Buenaventura Cabral y Báez.
2. Teniente coronel Jesús García.
3. Teniente coronel Rafael Trujillo ascendido por Horacio Vásquez.
El ascenso de Trujillo a la jefatura de la Policía NacionalTras la desocupación, Trujillo ocupó la jefatura de la vieja Guardia Nacional, conocida como Policía Nacional Dominicana a partir de 1921, debido a los ascensos y a la designación en su favor que el fueron dados por el Presidente general don Horacio Vásquez, al encanto que producía Trujillo sobre Vásquez se unían las recomendaciones en su favor de los oficiales comandantes norteamericanos: Rixey, Richard M. Cutts, y BrecKinridge; y de sus amigos: Charles MacLaughlin, y Thomas Watson.
Incluso, se sabe que durante el periodo de formación del gobierno de Vicini Burgos, y posteriormente, tanto el coronel Richard M. Cutts como el mayor Thomas Watson favorecieron a Trujillo para que alcanzara la jefatura de la Policía Nacional Dominicana. 
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 ELIMINACIÓN DEL MAYOR CESAR LORA
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También Trujillo supo eliminar opositores en el escalafón: Primero, actuó contra el mayor César Lora, quien murió trágicamente en febrero de 1924, él era el heredero a la jefatura de la Policía y Trujillo lo sabía, el homicida de Lora fue un teniente del mismo cuerpo que previamente recibió una carta anónima con información sobre una supuesta relación de Lora con su esposa; impulsado por los celos el teniente actuó, pero, ¿quién fue el autor de la carta? por lo visto el único interesado era Trujillo para lograr obtener su ascenso a Mayor, siendo nombrado luego Teniente coronel en diciembre de 1924; luego actuó contra el Capitán Ramón Saviñón, quien fue engañado por Rafael Trujillo haciéndole creer que había sido designado en la jefatura de la Policía, invitándole a celebrar el supuesto nombramiento, emborrachándolo terriblemente, y haciéndole pasearse luego, sumamente ebrio y fuera de control, por varios sitios céntricos de la capital, según explicaciones de Victor M. Medina Benet; finalmente le tocó afectar al coronel Buenaventura Cabral y Báez. Aprovechando sus dotes de falsificador, escribió una carta dirigida al Vicepresidente don Federico Velázquez Hernández, por medio de la cual el supuesto firmante, el coronel Cabral y Báez, le hacía una invitación para hacer una revolución contra Vásquez, y darle un golpe de estado que llevara a Velázquez a la presidencia de la República. Esto le costó a Cabral su cargo, siendo Trujillo designado en su lugar, como Coronel comandante de la Policía Nacional desde el 22 de junio de 1925, habiendo sido antes Jefe de Estado Mayor y Comandante auxiliar del cuerpo armado con el rango de Teniente Coronel desde el 6 de diciembre de 1924.

 Estas acciones eran sólo el inicio de otras aún más terribles que azotarían el pueblo dominicano por más de 30 años.
 
 
Por; Arq.Raifi Genao
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 

 

 

REFERENCIAS:
[1] Lasalle, 2000, P. 32.
[2] Ver: Vega Pagan, Ernesto: Historia de las Fuerzas Armadas. Ciudad Trujillo, Colección Trujillo No. 17, La Impresión Dominicana, , 1955, Tomo II, o, Vega, Bernardo (Editor): Trujillo ante una corte marcial por violación y extorsión en 1920, Fundación Cultural Dominicana, Santo Domingo, 1995.
[3] Vega, Bernardo: Trujillo y las fuerzas armadas norteamericanas, Santo Domingo, Fundación Cultural Dominicana, 1992, P. 3.
[4] Foner, Philip S.: La guerra hispano-cubano-americana y el nacimiento del imperialismo norteamericano, 2 tomos, Madrid, Akal Editor, 1975, I, PP. 156-157.
[5] Juan B. Soto: Causas y consecuencias, antecedentes diplomáticos de la Guerra Hispanoamericana, PP. 11-13.
[6] Vega, Bernardo: Trujillo ante una corte marcial por violación y extorsión en 1920, Fundación Cultural Dominicana, Santo Domingo, 1995, P. 23, quien se fundamenta en la obra de: Pheiffer, Mayor General Omar T.: Historia oral (manuscritos), 1974. History and Museuns Division. US Marine Corps, Washinton, D.C.
[7] Carta de Rafael Trujillo, El Seibo, 4 de marzo de 1921 a Mariano Rocafort, en: Vega: Trujillo y las fuerzas armadas norteamericanas, P. 39.
[8] B Vega: Trujillo y las fuerzas armadas norteamericanas, 1992, P. 20).
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 

 


 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

La última noche de su vida se mostró deprimido, había fracasado en los últimos negocios y dijo entre tragos que no quería llegar a viejo.


Durante su vida, Porfirio Rubirosa jugó polo, piloteó bombarderos B-25, corrió ferraris en Le Mans, y buscó tesoros perdidos en el Caribe. Pero fue su éxito con el  sexo que lo convirtió en una leyenda. Sus conquistas incluyeron a Eva Perón, Ava Gardner, Jayne Mansfield, Veronica Lake y Dolores del Río. La cuenta final nunca se sabrá. Un amigo confirma que Rubi, quien se casó con las dos mujeres más ricas del mundo una detrás de la otra, Doris Duke y Barbara Hutton, durmió con «miles de mujeres» mientras vivía en París en los 50 y 60. El columnista Taki Theodoracopulos recuerda que cuando se emborrachaba, Rubi tomaba una guitarra y cantaba «Soy sólo un chulo».

La galantería de Rubirosa era sinigual. Cuando estaba cerca, un cigarrillo sin encender nunca tocaba la boca de una mujer. «Si estaba hablando con un señora de 80 años o con una niña de 4, la mujer más bella del mundo podía pasar frente a él y no la miraría», dice su amiga Mildred Ricart, cuyo esposo, Jaime, estuvo en el servicio diplomático con Rubirosa. «El hacía que cada mujer se sintiera que era la más importante del mundo. Hay muchos hombres que son excelentes en la cama, pero que no puedes ir a cenar con ellos».

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Pero el encanto de Rubirosa tenía mucho que ver con ambas cosas. En el aspecto sexual ganó el apodo de «siempre listo». Cuando a Truman Capote le preguntaron que comparara el miembro de Rubirosa con los zapatos número 11 usados por el escritor, reconoció que por lo que contaban las mujeres que habían estado con él los zapatos de seguro que  eran más pequeños.

El hecho de que fuera estéril no afectó a Rubirosa. Al contrario, esto hizo que las mujeres saltaran a su cama. Evidentemente, también dominaba los puntos delicados de la técnica de la seducción sexual.

Rubirosa era bajito, como 5 piés 9 pulgadas y delgado. Aunque no poseía la belleza de un ídolo de matinee, «exudaba una sensación de romance y aventura», y era latino. Una testigo recuerda que «hasta en una casa elegante (como la de Zsa Zsa Gabor) todavía prefería comer nada más que un gran plato de arroz y frijoles». Aunque no nació rico, nunca tuvo un empleo a tiempo completo. «La mayoría de los hombres ambicionan ahorrar dinero», dijo una vez Rubirosa. «La mía es gastarlo».

Julia Álvarez afirma que el auge y la caída de Rubirosa estuvo inexorablemente ligada a la del generalísimo Trujillo.

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SU VIDA.

Porfirio Rubirosa nació en una familia de clase media en República Dominicana, en 1909. Su padre fue designado consejero en la embajada en París en 1920 y se llevó a su hijo con él. Cuando debió regresar a casa, en 1923, una familia chilena rica encontró a Rubi tan encantador que le pidieron a su padre que le permitiera permanecer con ellos en París para continuar su educación. Rubi regresó a la RD a los 17 años y se enganchó al ejército, en cuyos rangos avanzó rápidamente llegando a ser capitán a los 20 años, así como capitán del equipo de polo. Rubi no tenía dinero propio en este momento. Durante los fines de semana, organizaba veladas de boxeo cerca del parque de Santo Domingo, cobrando dos centavos de entrada.

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Durante un juego de polo en 1932, Trujillo observó al joven capitán Rubirosa. En sus memorias, escritas durante los años 60 y nunca terminadas, recuerda que Trujillo le preguntó: «Qué usted está haciendo. Le dije que estaba estudiando para abogado, pero Trujillo me pidió que, en vez, pasara a la guardia presidencial. Pensaba que estaba hecho para el uniforme, lo que me gustaba, porque sabía que las mujeres eran atraídas por el uniforme».

FLOR DE ORO TRUJILLO

Una de sus primeras asignaciones fue recoger en el aeropuerto, a Flor de Oro, la hija de 17 años de Trujillo, que estaba regresando al país luego de estudiar en Francia. Rubi conversó con ella en francés y la joven quedó prendada. Flor de Oro lo invitó a un baile en el Palacio Presidencial y esa noche bailaron cada tonada. Esto no era correcto en sociedad y suicida tratándose de la hija de Trujillo, quien se molestó bastante por la falta de etiqueta de su hija y degradó a Rubirosa que corrió a esconderse a la plantación de café de su familia. Pero luego de ocho días, Rubi se impacientó. «Es uno de mis principios fundamentales: prefiero arriesgarlo todo que aburrirme».

Flor de Oro le envió un mensaje para que se comunicaran por teléfono. En la conversación, Flor de Oro le dijo que le había pedido a su padre que le permitiera casarse. Rubi aceptó seguido.

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Antes de morir en 1975, Flor de Oro le grabó una cinta a su amiga Maritza Quiñones contándole su vida. Esta es la descripción de la noche de bodas: «Fuimos llevados a un bungalow en los terrenos del palacio. Todavía llevaba puesto mi traje de bodas para que mi madre (que no fue invitada a la boda) pudiera verme con él antes de perder mi virginidad… Él me llevó al lecho nupcial. estaba asustada con esa cosa apuntándome… Me asusté y corrí por toda la casa». Flor de Oro dijo que le duró una semana recuperarse de esa noche.

Al despacharlo como diplomático a Berlín, Trujillo dijo «es un excelente diplomático porque las mujeres lo adoran y es un mentiroso».

De Berlín, Rubirosa y su esposa fueron trasladados a París en 1937, donde comenzó a parrandear como loco. Pronto, Flor de Oro regresó al país. Ella cuenta que «salía todas las noches y volvía al amanecer cubierto de pintalabios. Estaba tan celosa, y cuando le preguntaba dónde había estado, me pegaba». Después de castigarla por casarse con un playboy, Trujillo autorizó el divorcio y Flor de Oro procedió a casarse ocho veces más.

LOS NEGOCIOS.

Por un año, Rubirosa no pudo regresar al país porque Trujillo lo hubiese asesinado y sin Flor de Oro para financiarlo, comenzó a venderle visas a judíos deseosos de escapar de Europa. También utilizó su pasaporte diplomático para contrabandear cosas.

Un día, sin esperarlo, Trujillo le telefoneó como si nada hubiese pasado, informándole que su esposa y su hijo de 10 años, Ramfis, viajarían a París y necesitaban un guía. Rubirosa probó ser un guía tan excepcional que el propio Trujillo viajó al mes siguiente a conocer a París.

Rubirosa escribiría: «Trujillo quería que le mostrara los más elegantes lugares en París… Lo llevé al restaurante en la torre Eiffel y había una mujer tan bella vendiendo postales que Trujillo tuvo sexo con ella en la misma torre. Un mes más tarde, fui designado Agregado Comercial en Francia».

SUS MATRIMONIOS.

Después de pasar unos meses prisionero del gobierno de Vichy, donde a su mejor estilo dijo que utilizó ese tiempo para perfeccionar su slalom, se casó con la estrella de cine Danielle Darrieux, de 23 años, la actriz mejor pagada de Francia.

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En una entrevista a la Darrieux, Rubi conoció a Doris Duke, heredera de la fortuna del tabaco calculada en US$100 millones. Un amigo de Rubirosa, Gerard Bonnet, dice que la Duke le envió un telegrama a Rubirosa luego de ese encuentro que decía: «Cuando termines con Danielle, llámame y vendré». «Rubi debe haberla motivado, dice, porque la Duke envió otro telegrama que decía: «Voy en seguida».

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Rubirosa y la Duke se casaron en septiembre de 1947 en la embajada dominicana en París y Trujillo, impresionado, le ofreció la embajada en Buenos Aires. Pero la Duke no quería vivir en Latinoamérica y Rubi seguía en sus andadas. La copa se rebosó cuando ella lo pescó con Flor de Oro. El matrimonio duró menos de dos años.

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Rubi volvió a París y a las fiestas y al sexo desenfrenado, pasando por Zsa Zsa Gabor, entre otras, hasta que conoció a una desmejorada Barbara Hutton, nieta de F. W. Woolworth, otra de las mujeres más ricas del mundo. Ambos se casaron en el consulado dominicano en Nueva York. La Hutton lo obsequió pródigamente pero estaba enferma y Rubi no se iba a quedar encerrado en una casa. El matrimonio duró 53 días y Rubi volvió donde la Gabor.

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Rubi retornó a París en 1956 y allí conoció a Odile Rodin, aspirante a actriz de 17 años. Rubi se enamoró perdidamente de ella. Se casaron en octubre de 1956, luego de Rubi bailar un bolero con la madre que se oponía y a pesar de los 31 años de diferencia, fueron felices.

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En 1957, Trujillo nombró a Rubirosa embajador en Cuba. «Batista quedó impresionado con Rubirosa, dice Rosemberg. Él estaba fascinado con Trujillo y cuestionó a Rubi por horas interminables sobre cómo Trujillo había permanecido en el poder por tanto tiempo». Pero la caída de Batista cogió por sorpresa a Rubirosa: «Trujillo estaba lívido con él por no avisarle que Batista se iba a presentar a su puerta sin permiso», recuerda Rodin. Rubirosa se mudó a Florida y su única preocupación en ese momento era cómo sacar sus caballos de polo de Cuba.

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Trujillo entonces lo designó en Bélgica, pero los días del caudillo estaban contados y tenía dificultades económicas. Obligó a Rubirosa a venderle su plantación de café a precio vil, a lo cual no podía oponerse Rubirosa con el hombre que había sido tremendamente generoso con él y poco tiempo después murió asesinado.

Tres meses después de la muerte de Trujillo, Rubirosa estaba tratando de convencer al presidente Kennedy de que ayudara al régimen de Ramfis Trujillo-Joaquín Balaguer. «Rubi… le habló y habló a Kennedy», dice Gunther Sachs, del grupo de la Riviera. «Pero cuando regresó a Santo Domingo a reportar sus conversaciones, el cabrón (Ramfis) abandonó el país con un barco lleno de billetes y se fue a España. Rubi nunca le volvió a hablar». Rubirosa dijo luego que Ramfis lo había traicionado.

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Balaguer terminó la carrera diplomática de Rubirosa que se quedó sin empleo a los 53 años y con el prospecto de vivir como pobre.

EL FIN

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Los Rubirosa vendieron la casa en París y se mudaron a una villa en las afueras que no tenía habitación para huéspedes. Sus amigos pensaban que había perdido parte de su vitalidad y que estaba deprimido. Decían, además que pensaba volver a su vida de gigoló. Trató de escribir sus memorias pero nunca las terminó. Intentó entrar en varios negocios, incluyendo la venta de «pegapalo», pero nada funcionó.

Tres meses  después  de un  crucero  con  el  naviero  Stavros Niarcho, en mayo de 1965, el equipo  de  polo  de  Rubirosa  ganó la Copa  de Francia. Hubo una celebración en grande y Rubirosa, como era su  costumbre siempre tenía un chofer contratado para que lo llevaran a casa  cuando  iba a tomar  mucho, sin  embargo  esa  noche  andaba  sólo,  por  eso algunos amigos  piensan  todavía  que  fue  un suicidio  pues esa noche final habló además de que no quería  llegar a  viejo porque  le aterraba,  y  mientras  más  tomaba  lucía  más  deprimido, a pesar de todas las previsiones que se tomaron por su seguridad, a las 7 de la mañana, tomó las llaves de su Ferrari descapotable y enfiló por la avenida de los bosques de Boulogne.

El choque ocurrió alrededor de las 8 de la mañana. Una de las teorías del suicidio se debe a que un conductor , Philippe Garné que venía detrás de él y presenció el choque contra el árbol dice que Ruborosa giró de golpe, como si quisiera él mismo estrellar el auto contra el árbol, así ocurrió .El funeral se llevó a cabo en la casa. Unos 250 dolientes asistieron a la ceremonia incluyendo dos miembros del clan Kennedy. Su esposa Odile se casó más tarde y ahora vive en New England, Estados Unidos, muy lejos de su antigua vida.

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El legado de Rubirosa todavía vive en París. Cuando un cliente solicita a un mozo el molino gigante de pimienta, todavía dice «mozo, présteme el Rubirosa».

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por: Arq.Raifi Genao

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En el manicomio, a las cinco de la mañana uno de los barrenderos gritó «Se murió Brito, ya salimos de ese loco».»

Su verdadero nombre era Eleuterio Aragonez, nació en Puerto Plata, en 1906. Oficialmente se conoce su fecha de nacimiento como el 22 de enero, aunque existen dudas sobre la exactitud del dato.

Brito tuvo una niñez pobre. Trabajó como limpiabotas, dulcero, aprendiz de boxeador, etc. Pero a medida que su voz se revelaba extraordinaria, su vida fue tomando otros rumbos.

Su mundo limitado de serenatas y canciones entre amigos, se ensanchó rápidamente desde que en 1926 se puso bajo la protección artística del maestro Julio Alberto Hernández.

En 1927, en un banquete ofrecido al doctor José Dolores Alfonseca y el licenciado Abigail Montás, se dio a conocer a la prensa capitaleña. Participó con un programa a base de canciones y trozos de operetas. La reseña del «Listín Diario» dice: «Ignorábamos que existiese en Santo Domingo un cantante de sus condiciones. Y lo más extraordinario del caso es que no posee ninguna cultural musical. En él, todo es instintivo, espontáneo, innato. Ha sido una verdadera revelación.»

Para entonces Brito había cantado desde Santiago y en casi todo El Cibao, San Pedro de Macorís y la capital. Y se pedía una beca, que nunca se consiguió, para que «el joven barítono» pudiese ir a Italia a estudiar. En 1928 conoció a la vedette Rosa Elena Bobadilla, que habría de convertirse en su esposa y compañera inseparable. La boda se celebró el 3 de noviembre de ese año y a los pocos días ambos se presentaron en Haití con un cuadro artístico al que denominaron «Los Internacionales». Este grupo, integrado por seis personas, se disgregó en Curazao, segunda etapa de la gira artística internacional iniciada en Haití. Eduardo y Rosa Elena Brito quedaron solos y se unieron a la compañía cubana de Margot Rodríguez, con la que se presentaron en Puerto Rico. Luego regresaron a Santo Domingo.

En 1929, el «Grupo Dominicano», en el que figuraban, además de Brito, Bienvenido Troncoso, Chita Jimenez y Enrique García, viajó a Nueva York para grabar unos discos que a partir de 1930 tuvieron mucho éxito. Cuando los demás integrantes del grupo regresaron a Santo Domingo, Brito se quedó en Nueva York y siguió grabando para RCA Victor con la orquesta de Vigil y Robles.

Actuó en el salón imperial del Wardof Astoria y trabajó en compañía de su esposa en los circuitos del teatro RKO y Lowe State. Además, los esposos Brito fueron atracción en «El Chico», junto a los bailarines Antonio y Catalina Cansino, padres de la que sería la gran estrella cinematográfica Rita Hayworth.

Dorothy Caruso, viuda del inmortal Enrico Caruso, en una entrevista privada tuvo la ocasión de oír cantar a Brito y quedó cautivada con la voz de éste. Brito estudió con el maestro Serafini, quien lo instó a que renunciara al canto popular y se consagrara al estudio de la técnica vocal, música, idiomas, etc. Pero Brito no podía entregarse al estudio debido a las obligaciones familiares que había contraído. Las dotes naturales de Brito le permitieron usar una extensa tesitura de barítono, que a veces alcanzaba la altura de tenor.

En 1932, Brito formó parte, como una de las figuras estelares, de una compañía creada por Eliseo Grenet para debutar en España. Junto al barítono dominicano, estaban también su esposa Rosa Elena, Mapy y Fernando Cortés y otras estrellas. En el Teatro Nuevo de Barcelona, Brito alcanzó ovaciones reservadas sólo a los grandes elegidos, al interpretar «La Virgen Morena», de Riancho y Grenet. Éste fue sólo el inicio de una exitosa carrera artística en la Madre Patria. Luego el gran público en Madrid, Valencia, Zaragoza, Islas Canarias, etc., le premiaría con sus aplausos.

«La Virgen Morena – dice una crítica del Teatro Principal Palace – alcanzó un éxito rotundo. Eduardo Brito tuvo una noche feliz, desempeñando su papel de modo irreprochable, como actor y como cantante, viéndose obligado a repetir la romanza del primer acto, y otros números del segundo acto, entre atronadores aplausos.»

Igual que con «La Virgen Morena», Brito alcanzó grandes éxitos en España con «Katiuska», «Luisa Fernanda», «La del Soto del Parral», «El Cantar del Arriero», «La del Manojo de Rosas», «El Asombro de Damasco», y sobre todo con «Los Gavilanes».

Eduardo Brito se vio perseguido por las guerras: primero fue la guerra civil española y luego la Segunda Guerra Mundial. Junto a su esposa y su cuñada Kuki Bobadilla, se embarcó en Amberes rumbo a la patria. Llegaron al país el 23 de julio de 1937.

El próximo viaje sería a Puerto Rico, la plaza donde más cariño se le demostró siempre. De allí pasaron a Nueva York, donde se presentaron en el Roxy, Radio City y otros establecimientos.

De Nueva York pasó a Cuba, donde cantó en la CMQ y en el Teatro Nacional. Su interpretación de «Marina», junto al tenor español Hipólito Lázaro, fue muy celebrada en La Habana.

De vuelta en Santo Domingo inició una gira suspiciada por el empresario dominicano Mario Ginebra. En Venezuela y Colombia realizó una temporada de zarzuelas con el maestro Carretero («Los Gavilanes», «Luisa Fernanda», etc.). En la misma compañía figuraba el joven barítono Carlos Ramírez, quien quedó notablemente impresionado por la voz del dominicano.

Tras una brillante presentación en Panamá, vino a Santo Domingo para bautizar su primer hijo.

Se dirigió más tarde a Puerto Rico y con su esposa y sus dos niños volvió a Nueva York. En la clínica Mayo le fué diagnosticada Sífilis avansada lo que le trajo  como consecuencia la fatídica enfermedad mental que acabaría con la fulgurante carrera de Brito, quien se reintegró a la patria, pero ya no era el mismo hombre.

Todavía se presentó en varios teatros y en «La Voz del Yuma», pero ya no podía cumplir con sus contratos: su voz se extinguía y hablaba sin coordinación. Terminó sus días en el manicomio. Julio González Herrera, en su libro «Cosas de Locos», describe así las últimas horas de Brito: «A las dos de la mañana, alguien oyó el susurro turbio y melancólico de una voz que parecía salir de una caverna.»

¡Virgen de la Altagracia! Y a continuación, una serie de palabras disparatadas dichas en un inconsciente balbuceo.

A las cinco de la mañana, uno de los barrenderos gritó de voz en cuello: «Se murió Brito, ya salimos de ese «loco».»

Era la madrugada del 5 de enero de 1946. Fue un día lluvioso; en la noche, Tan sólo 32 personas presenciarion su entierro.

por: Raifi Genao

 

tomado de :Enciclopedia Dominicana